Hoy recordamos el espectáculo de circo, rock y extravaganza titulado “Rock and roll Circus”. Fue un acontecimiento loco que organizó The Rolling Stones en un escenario de aserrín, payasos, caballos, respiradores de fuego y bailarines de cuerda floja; con músicos que eran parte de la nobleza del rock and roll en 1968 y eran tan jóvenes: Mick Jagger y Keith Richards tenían 25 años, Pete Townshend de The Who y Eric Clapton, 23, Marianne Faithfull, 21.
Se trata de una histórica reunión rodada el 11 de diciembre de 1968 en un estudio en las afueras de Londres, con amigos invitados como público. Actuaron esa noche bandas emergentes, como Jethro Tull; invitados de fuera de Inglaterra, como el blusero Taj Mahal, los enérgicos The Who y The Dirty Mac, que tenía a John Lennon de los Beatles, Eric Clapton de Cream, Mitch Mitchell de la banda de Jimi Hendrix y a Keith Richards de los Stones, un súper grupo al que se unieron el violín del maestro israelí, 1vry Gitlis y la garganta ululante de Yoko Ono.
Según cuenta la historia, la edición de la película y el disco tardó casi treinta años en efectuarse porque los propios Rolling Stones no habrían quedado conformes con el resultado. Pero no del show sino del nivel con que aparecieron en vivo después de dos años sin giras, frente a The Who, que venía de actuar durante noviembre de ese año en Europa y que técnicamente apabulló a los Stones con sus solistas, los mejores músicos de la invasión británica.
Además, el ambiente lúdico de la película no coincidió con la muerte de Brian Jones y el drama en Altamont en el período inmediatamente posterior. Los Stones ya han flirteado en este DVD con su imagen posterior de adoradores del diablo, pero al mismo tiempo todavía están en medio de su fase psicodélica. Eso lo convierte en un documento esencial en el desarrollo del grupo y una necesidad para los fanáticos del grupo y cualquier persona que se sienta atraída por la mentalidad de espíritu libre de los años sesenta.
La fecha del estreno del show, concebido inicialmente como un especial de televisión, se fue retrasando mientras se barajaban ideas como volver a grabar su actuación en el Coliseo romano. El despido y posterior fallecimiento de su carismático guitarrista, Brian Jones, les hizo renuentes a seguir esforzándose en el proyecto. Sin embargo, la versión original de “Rock and Roll Circus” pasó por el Festival de Cine de Nueva York y se estrenó en Londres el 15 de octubre de 1996, en pantalla grande, como era la intención del realizador Michael Lindsay Hogg, que trabajó simultáneamente con cine y vídeo, usando tecnología entonces sólo disponible en Francia.
El hecho de que el “Rock and Roll Circus” se materializara en las tiendas tiene fácil explicación: el dinero para producirlo vino de Allen Klein, entonces manager de los Stones y enconado enemigo suyo desde principios de los setenta. Las motivaciones económicas del propietario no empeñan las virtudes testimoniales del “Rock and Roll Circus”. La elección del circo, en su vertiente un poco cómica, encajaba con el gusto del pop británico por el “camp”: los Beatles ya se habían acercado a ese universo el año anterior, con su canción “Being for the benefit of Mr. Kite!”, así que la invitación de los Stones para pisar aserrín y compartir espacio con trapecistas, tragafuegos y payasos, resultaba irresistible.
Esos experimentos también formaban parte del espíritu del 68, un año que había visto a Jagger manifestarse en Londres contra la guerra de Vietnam, en una jornada violenta que concluyó con 300 detenidos y 50 heridos, tal como reflejaría en “Street fighting man” hablando sobre las turbulencias callejeras de París, Praga y Chicago, pero dejando en claro que su lugar estaba encima de los escenarios.