¿Recuerda cuándo fue la última vez que comió miel? Quizá le haya puesto al té o untado un poco al pan. Bueno, pues la miel ya no la va a saber a lo mismo después de que le cuente lo siguiente.
La miel está hecha a partir del néctar de las flores, las abejas son las encargadas de extraerlo. Después de la extracción lo guardan en su estómago. Luego el néctar se mezcla con una enzima que está en la saliva de estos animalitos voladores. Cuando una abeja regresa de las flores a la colmena, le pasa el néctar a la boca de otra abeja, es decir, le vomita lo que ingirió. Este proceso se repite hasta que el néctar parcialmente digerido es finalmente depositado en un panal.
Cada abeja obrera, durante sus 50 días de vida, recorre un total de 40 kilómetros, algo así como 200 mil vuelos que hace a lo largo de su vida, con una velocidad de 22 km/h.
En sus viajes, se posa en más de 7 mil flores para producir 5 gramos de su deliciosa miel. Esto quiere decir, que, para conseguir un kilo de este alimento tan bueno y nutritivo, son necesarias un millón 440 mil flores y el trabajo total de unas 200 abejas obreras.
Esto no es una tarea muy intensa considerando que, en una colmena viven entre unas 30 y 60 mil abejas.
Aproximadamente en un año, una misma colonia de abejas produce entre los 20 y 30 kilos de miel.
Ah verdad. ¿Todavía se le antoja su coctelito de frutas con miel?