Por miles de años el lápiz labial o pintalabios como también es conocido, ha sido popular entre mujeres, y entre hombres también. Desde los Mayas hasta varias de las civilizaciones en el viejo continente, todos han usado algún tipo de lápiz labial como forma de proteger o engalanar los labios, para ceremonias en rituales religiosos o como distintivo en las clases sociales.
En la antigüedad se usaban extractos de insectos para darle color y piedras preciosas trituradas para dar brillo.
Fue Isabel I quien introdujo la costumbre de lucir rostros bien blancos y labios llamativos, en un rojo intenso.
El primer lápiz labial que se distribuyó comercialmente fue de la marca francesa Guerlain en 1884. Su receta contenía sebo de ciervo, aceite de ricino y cera de abejas. Se le daba forma de palito y se envolvía en papel para facilitar su fabricación y transporte.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el lápiz labial se convirtió en un ícono, debido al uso que las actrices de Hollywood hacían de él: Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor impusieron nuevamente los labios en rojo mate.
Dicen los investigadores y experto sen imagen corporal que una mujer que lleva labial, en especial si es color rojo, es una mujer segura y confiada.