Dicen que la verdadera plaga del mundo somos los humanos, pues poco a poco vamos destruyendo (queriendo o sin querer) todo lo que nos rodea. Ahora un nuevo estudio revela que la contaminación acústica de las ciudades ha obligado a los pájaros a cantar más fuerte y más desafinados.
Imagínese que va a una fiesta. Al principio la música no es tan fuerte y puede platicar con sus amigos, luego la música es tan alta que tiene que gritar. Esta analogía sirve para ver qué les ha pasado a los pájaros de algunas ciudades del mundo, donde la contaminación acústica es muy alta.
Luego de los primeros meses de la pandemia, las calles de San Francisco comenzaron a vaciarse, mientras que la gente se encerraba en sus hogares. Entonces ocurrió algo sorprendente que no se veía desde 1954.
Los pájaros machos de la ciudad comenzaron cantar más suave y mejoraron su rango vocal, siendo mucho más atractivo para las hembras, según un nuevo estudio publicado.
Antes de la pandemia, el sonido era tan fuerte, que los gorriones cantaban mucho más alto, pero con una mala calidad en su voz.
Los investigadores se han sorprendido lo mucho que ha bajado el canto del gorrión de cabeza blanca, que fue el ave que estudiaron. En la gráfica se ve que desde 1954 no cantaban tan bajo y con una mejor calidad de voz.
A medida que la ciudad de San Francisco se fue llenando de tráfico y sonidos cada vez más fuertes, los gorriones tuvieron que adaptarse, afectando su canto, cada vez de más mala calidad, siendo menos “atractivos” para las hembras, lo que influyó en una baja tasa de natalidad de su especie.
Los autores del estudio esperan que se tomen medidas para reducir la contaminación acústica que sin duda beneficiará a muchas otras especies.