Desgraciadamente todos llegamos a una edad en la que nuestro cuerpo (particularmente el estómago) se empieza a quejar del uso rudo que le hemos dado durante varios años. Con una dieta que va desde tacos de suadero acompañados de una que otra copita hasta los más finos cortes con su vino; las agruras se presentan constantemente en nuestra vida y para muchas personas los antiácidos son suplementos que no pueden faltar en casa.
Pero ¿Cómo surgen los antiácidos quien los inventó?
Si hoy en día tenemos problemas con el estómago imagínense como eran las cosas hace miles de años cuando gran parte de los alimentos se comían totalmente crudos. Los registros más antiguos de malestares estomacales se remontan a Mesopotamia por ahí del año 3,500 a.C. En esa época los incipientes médicos hacían ensayos de prueba y error para ver qué remedios funcionaban mejor para atacar estos males. Uno de los principales descubrimientos fue que la leche y las hojas de pimienta funcionaban muy bien para combatir las agruras.
Con el tiempo y los avances de la medicina se descubrió que los alimentos alcalinos servían para neutralizar los ácidos estomacales y combatir las agruras. Hoy en día los antiácidos introducen iones cargados positivamente para neutralizar el ácido con carga negativa en el estómago. Esto inhibe la producción de pepsina, una enzima digestiva que es altamente irritante a las paredes estomacales.
Regresando a los médicos de la antigua Mesopotamia, ellos fueron los primeros en identificar el bicarbonato de sodio como el mejor antiácido. Este estatus se mantuvo durante años hasta que este producto se relacionó con la hipertensión y se dejó de ingerir.
El primer antiácido creado específicamente con ese fin fue la Leche de Magnesia, creada en 1876 por Charles Phillips, un productor de velas convertido en químico, de Connecticut, Estados Unidos.