Desafortunadamente, hay personas que quieren tener un perro como mascota, lo primero que buscan es una raza en específico. En esa búsqueda por la belleza y la “perfección”, la crianza selectiva nos ha dado razas muy bonitas pero a costa de su salud.
Una de las razas más populares, es el rechoncho y tierno bulldog. Este can se ha puesto de moda y se ha convertido en una de las razas preferidas en varios países. Lamentablemente, este perro es considerado como la raza más enferma de todas y también la más robada.
Investigadores han descubierto que la diversidad genética del bulldog es casi inexistente, por lo cual creen que los varios problemas de salud que sufre esta raza, no podrán ser solucionados.
Infecciones de oído, diarreas, conjuntivitis, alergias y otros males, llevan a estos perros a visitar al veterinario de manera recurrente. Además, sus características físicas –hocico chato y cara plana– pueden incrementar el riesgo de padecer problemas respiratorios.
Con solo 8 años como esperanza de vida, la mayoría de estos perritos no llegan a vivir más de 5.
Si bien nos hemos enamorado de su achaparrada y rechoncha forma, el bulldog original era un perro de aspecto tosco, el cual se utilizaba por su temperamento para arrear a los toros. Sin embargo, en 1835 este tipo de entretenimiento se hizo ilegal, transformando al agresivo can en un perro manso y enfermo.
Por si fuera poco, además de los problemas de salud está la delincuencia; cada vez se reportan mas casos de robos, específicamente en razas de bulldog francés e inglés, pues su elevado precio lo hace blanco de los secuestradores de canes, quienes lo revenden o piden rescate para regresarlo a su familia.
Por eso y mucho más, no compres uno de raza… mejor adopta uno sin casa.