En la noche del dos al tres de julio de 1971 a eso de la una de la mañana, Jim Morrison se sentó en su despacho de su piso alquilado en la calle Rue Beautreillis, 17 en Paris, intento escribir algo pero no tenia suficiente concentración. Entonces fue cuando decidió ver algunas de las películas en Super-8 que el y Pamela Courson habían grabado durante sus vacaciones por Francia, España y Marruecos. Seguidamente puso algunos discos de los Doors, durante los cuales tosía ansiosamente y entonces se fue a la cama, en la cual le esperaba Pamela ya dormida. Por la noche se levanto y vomito sangre varias veces pero le dijo a Pamela que no llamase al medico, y que se fuese a la cama. Jim lleno la bañera para tomar un baño caliente, pensando que le sentaría bien.
A primera hora de la mañana Pamela se levanto y se encontró la puerta del baño cerrada con llave desde dentro. Sintió miedo y llamo a algunos amigos (Alain Ronay, Agnes Varda, Jean Debreteuil), cuando estos llegaron rompieron juntos la puerta y encontraron a un Jim Morrison tumbado en la bañera medio sumergido, recién afeitado, sonriendo y con sangre corriendo desde su nariz hasta su labio superior.
El medio francés Max Vasille llego al apartamento sobre las seis de la mañana y certifico que el día cuatro de julio de 1971 a las dos y media de la mañana James Douglas Morrison murió a causa de una parada del corazón por causas naturales, nunca se hizo una autopsia.
La causa mas probable de la muerte era la peligrosísima mezcla de medicamentos contra el asma y el alcohol, aunque en abril de 1991, veinte años después, Alain Ronay contó a la revista Paris Match lo que según el le dijo Pamela en aquellos momentos de excitación: ”aparentemente el dos de julio Jim esnifó algo de heroína que pamela le consiguió esa tarde. Por la noche ambos tomaron una gran dosis de esta, y Jim empezó a escuchar todos los discos antiguos de los Doors. Después de que ambos se fuesen a la cama Jim esnifó algo mas de heroína y aparentemente se quedo dormido, mientras la canción The End se escuchase por todo el dormitorio”. Sin embargo ni la policía ni el medico Max Vassille dejaron nota de ningún síntoma de sobredosis, además de las opiniones de amigos íntimos que nos aseguran el enorme terror de Jim por la heroína, incluso Pamela tenia que esconder dicha droga para que Jim no se enterase.
La duda esta lanzada, y como resolverla, según Alain Ronay, presente esa noche, tan solo vieron el cuerpo Pamela y el Dr. Max Vassille, el resto de personas incluidas el manager de los doors Bill Sidons tan solo vieron el ataúd sellado. Pamela murió de sobredosis tres años después y Vassille siempre ha sido reacción a contar nada. ¿Cómo murió Jim Morrison? ¿Por qué murió? ¿Murió? Nunca lo sabremos.
El fin llegó en la noche del 3 de julio, en París. Morrison murió en una bañadera y aparecieron las versiones que se dan en estos casos: Jim murió en su cama y alguien lo metió en la bañadera. O murió en el baño de un tugurio, escupiendo sangre y baba después de consumir vodka, gin, cocaína y una sobredosis de heroína. Luego, dos narcotraficantes lo llevaron al hotel sin que nadie los viera y lo pusieron en la bañadera para mantener caliente el cuerpo o lograr una absurda e imposible recuperación. Y esos tipos eran tan idiotas que no se les ocurrió llevarlo a un hospital. O es que Morrison no murió y su muerte fue una simulación ideada por él para desaparecer en el anonimato, motivo por el que su féretro fue transportado en secreto a Estados Unidos llevando piedras adentro. Aunque, en realidad, el féretro siga en el mismo cementerio francés teniendo adentro a un tipo comido por los gusanos desde hace mucho. O, quizás, se suicidó eligiendo una forma muy compleja de suicidio y comprometiendo seriamente a la mujer que amaba, a la que había hecho heredera por testamento, y que estaba con él en el mismo departamento. El asunto es que hubo quienes ganaron algo de dinero escribiendo libros y artículos sobre las pruebas que demuestran cómo murió realmente o cómo no murió y anda vivo en alguna parte del mundo hasta que decida regresar. Lo de siempre en las muertes de un tipo o una tipa famosos: aparecen las hienas arrojándose sobre el cadáver. Toda esa clase de gente dispuesta a hacer o decir lo que sea si el resultado es llenar sus bolsillos de dólares.
Lo único cierto es que Jim Morrison fue un tipo de talento que sufrió bastante y que no encontró otro camino para aliviarse que tragar cuanta droga encontró. Y que consiguió el alivio por completo cuando la droga lo mató.
Él creía en el destino. Aunque nunca se enteró, el destino había decidido que debía morir en el baño de un departamento de París, en una noche de julio, mientras, muy cerca, la chica que más lo quiso estaba demasiado drogada como para darle una mano.