Texto: Rich Álvarez
Este álbum llegó con el nuevo siglo, los llevó a revolucionar su sonido, experimentar y dejar una huella sonora perdurable. El Festival Hipnosis, en su sexta edición, fue el encargado de colocar el escenario en el cual The Flaming Lips mostró que no importa el tiempo, pues, después de 21 años, su álbum es tan vigente que todo el público que estuvimos viendo y escuchando su presentación no paramos de gritar, corear, cantar, bailar, saltar, aplaudir, incluso, a unos cuantos, se nos escaparon unas lagrimas de la emoción y nostalgia.
El silencio no tuvo oportunidad de hacerse presente durante los 75 minutos que duró el show. Tres enormes robots rosas se inflaban y desinflaban en el escenario, las luces multicolor no dejaban de brillar, al momento del puente musical entre “Yoshimi Battles the Pink Robots Pt. 2” y la nostálgica “In the Morning of the Magicians” los tres enormes robots rosas se volvieron a inflar y una lluvia de papelitos inició, una ola enorme de manos se levantaron apuntando al cielo. La energía nunca paro. Uno de los mementos más emocionantes, sin duda, fue cuando comenzó a sonar el intro del clásico “Do you Realize?”. Momentos antes Wayne Coyne tomó el micrófono y compartió la alegría que sentía de estar presente en el festival, agradeció por toda la muestra de afecto y emoción, y comenzó a sonar ese himno al amor, la amistad y el tiempo. En ningún momento Coyne permitió que la gente dejara de gritar y aplaudir, cada que terminaba un canción invitaba a seguir gritando con locura, la invitación debajo del escenario fue bien aceptada y nos llevó a centrar la atención en el show y en el presente, y así, ser parte del concierto y de la música. Como en el álbum grabado, donde todo el tiempo están presentes los vitoreos.
No sólo se escucharon las 11 canciones del álbum festejado, hacia el final quedó tiempo para un par de temas más: The Yeah Yeah Yeah Song canción que abre el At War With the Mystics; She Don’t Use Jelly del álbum Transmission From the Satellite Heart; cerrando el concierto y dejando un ánimo a tope con Race for the Prize del clásico The Soft Bulletin.
Personalmente, es uno de mis conciertos top. Fue sumamente alegre, divertido y nunca había derrochado tanta energía en un show. Fue colorido y brillante y eso es parte del resultado de un concierto repleto de canciones que ya se han convertido en un clásico, que reconoces y te entusiasma escuchar. Lo mejor, el poder la música y el momento de reflexión post concierto: Do you realize that you have the most beautiful face? Do you realize we’re floating in the space? Do you realize that happiness makes you cry?
Sólo hay un momento, y la presentación de The Flaming Lips fue única.