Texto: Alma Aguilar
Entre la incertidumbre de un incendio nocturno despertamos el 4 de noviembre todos aquellos quienes esperábamos con ansias el día que daría celebración al rock, la psicodelia y otros géneros en la sexta edición del Festival Hipnosis.
Pero esa inquietud se apaciguó pronto justo como lo hizo el incendio que la noche previa al festejo se registró en el Parque Cuitláhuac, la nueva locación que albergaría a cientos de asistentes.
La edición de este festival destacó por varias razones, una de ellas la organización de los tiempos, y justo como estaba destinado pocos minutos antes de la 1:00 pm diversas agrupaciones desfilaron y se situaron en el escenario correspondiente para brindar su show a los primeros fans que arribaron al lugar. La ciencia simple, Los mundos y Agar Agar, fueron las primeras bandas con las que se hicieron presentes los brazos al aire, los gritos y los aplausos que se integraron con naturalidad en el resonar de las percusiones, el sonido de cada vocal y nota musical aun cuando los rayos del sol incomodaban la dermis de los espectadores.
La tarde siguió su curso y se hicieron presentes entre el escenario del ojito y del rayo bandas como Dumbo Gets Mad, All Them Witches y The Brian Jonestown Massacre. Esta última con gran ritmo logró prender e integrar a su público de tal manera que se armó, por un instante, el slam. Pero También Dumbo Gets Mad, consiguió que su público disfrutara de la tarde acompañados por su música que amenizó la espera por las siguientes bandas, y no solo eso, sino que su vocal impresionó a algunos que logramos verlo como espectador del show que más tarde daría Melody’s Echo Chamber.
Llegó la mitad del festival, eran las 5:30pm y subieron al escenario del ojo, dos grandes de la música experimental, Panda Bear y Sonic Boom para demostrar entre lo visual y lo auditivo el por qué la unión de estas dos mentes eran necesarias en un festival como lo es Hipnosis. Entre sampleos y composiciones propias a cargo de esta dupla y los aplausos, cantos y gritos del público se presenció la más bonita puesta de sol que dio paso al cobijo de la noche para lo que se aproximaría después.
Ya en la oscuridad, entre las 6:30pm y 7:30pm, llegó Altin Gün con su muy disfrutable folk turco que hizo emerger la sensualidad de más de uno que cedió a mover las caderas y los hombros como si de danza del medio oriente se tratase. Y para quienes no conocían esta banda, seguro obtuvieron una buena impresión de esta agrupación y sus ritmos que irrumpieron hasta los oídos más puritanos y los cuerpos más rígidos.
El ambiente del festival permaneció igual de amigable y tranquilo como al inicio, sin percances, discusiones o alteraciones regulares, los oyentes convivieron genuinamente sin distinciones de ningún tipo y era bastante notoria la diversidad de estilos o edades que circularon a lo largo de todo el parque, encuentros con viejos amigos en las filas de comida o bebida, del baño o en algún centro de recargas le daba una familiaridad al lugar y por supuesto al festejo al que todos acudimos. Así en ese ambiente subió al escenario Melody’s Echo Chamber que por supuesto era una de las esperadas por todos y le bastó solo una hora para dejar estupefacto a quien tuvo oportunidad de escucharla.









Se llegó el turno de Temples, momento el que muchos asistentes decidieron empezar a acomodarse en el escenario de junto porque posterior a esta presentación llegaría Boy Harser con sonidos aclamados por quienes recurren al ya conocido centro de salud, y así como se acercaba el final de su turno comenzó el desplazamiento ahora a la inversa, del escenario del ojo al del rayo pues se venía Toro y Moi, uno de los esperados por el público. Llegado el momento y sin ninguna reserva salió a hacer lo que sabe hacer. Chaz y compañía tocaron varios de sus éxitos y se escuchó entré sus seguidores gritos como “I love you Chaz”, aún con eso unos inflables en el escenario de al lado robaron miradas pues se venía el más grande show que se pudo haber presentado en esta sexta edición del Hipnosis.








Toro y Moi cerró su turno regalando los setlist al poco público que aún lo miraba con admiración, mientras que el resto nadaba entre sus iguales para alcanzar el mejor lugar ya en el otro escenario pues bastaron solo unos segundos para que Wayne Coyne dieran inicio a su show. Nada más y nada menos que la presentación de su querido disco Yoshimi Battles The Pink Robots. Muchos sabían lo que les esperaba, pero a otros tantos les sorprendió la euforia que sí o sí hizo derramar una que otra lagrima a quienes presenciamos tal espectáculo y escuchamos tan estupendas canciones. Así con esa magia el festival concluía para muchos que después de la presentación de The Flaming Lips tomaron su camino a casa.








El cierre estuvo a cargo de la mezcla entre electrónica y cumbia, Los pirañas pusieron a bailar a los que aún tenían pila para después y de la manera más guapachosa darle paso al adiós a esta sexta edición del festival Hipnosis 2023. Nos encontraremos el próximo año.