Texto y cobertura: Moisés González
Emocional y vibrante, un show como el de Riverside el pasado 8 de mayo en el Auditorio BlackBerry es un ejemplo de cómo la música es un medio que toca fibras muy sensibles. Sentimos emoción al escuchar los riffs disonantes, nostalgia al cantar, energía al corear, brincamos y gritamos con las secciones más dinámicas, la piel se enchinaba con los solos de guitarra y finalmente, el encontrarse rodeado de cientos de fans de Riverside y saber qué no eres el único en disfrutar de su música, eso, eso hizo que la velada haya sido muy singular.
Nexus, banda mexicana brindó el show telonero que justamente encendió los motores de la gente, retumbaron a diestra y siniestra riffs potentes. Escuchamos su nuevo sencillo I´ve always let you down, en el cual participó el bajista de Anima Tempo, Pável Venegas.

A las 9:20 pm luces blancas iluminaron el escenario y entraron en acción los músicos polacos: Michal Lapaj, Meciej Meller, Piotr Kozieradzki y Mariusz Duda. Esta entrada estuvo acompañada de un estruendo del público, gritos y aplausos.
La magia del concierto de Riverside radicó en la gran producción de sonido que llevaron, todo sonó muy bien, clean guitars, distorsiones, batería, bajo y teclado. La voz de Duda fue increíble, cantó a la perfección; mientras que por otra parte el show de luces se combinó muy bien con las dinámicas musicales que presentaron, tan solo los movimientos lumínicos y la gama de colores brindaron otra dimensión al espectáculo.
Tocaron temas de casi toda su discografía, pues al ser la gira del XX aniversario, abarcaron toda su carrera, interpretaron: The Same River, #Addicted, Rainbow Box y dedicaron la mini épica Towards the blue Horizon al antiguo y fallecido guitarrista Piotr Grudziński. Esto fue en la primera parte, posteriormente llegaron las rolas épicas y largas como: Scalator Shrine (una de las mejores de la noche con una improvisación de solos y un fragmento de Black Night de Deep Purple), la emotiva Left Out, donde todos participamos coreando la línea melódica de guitarra y lo hicimos durante varios minutos.




Se disfrutaron y apreciamos las secciones instrumentales con vaivenes, la energía se elevó en los momentos pesados y seguramente una que otra lágrima se derramó, pues liricamente tienen canciones que te desgarran el corazón y escucharlas en vivo, fueron totalmente otra experiencia. Temas como las baladas, Time Travellers y We Got Used To Us, capturaron esa esencia nostálgica, por cierto esta última fue dedicada para todos los presentes, así lo dijo el bajista Mariusz Duda.
El concierto englobó de manera perfecta la carrera, sonido y profesionalismo de Riverside, se notó en cada tema, en cada solo o pasaje instrumental como disfrutaban el estar ahí en el escenario, Michal Lapaj estuvo muy carismático, saludando y sonriendo al público, ¡hasta bailó! Por el lado de Duda, es un frontman sencillo pero que tiene gran presencia, toca, se mueve, anima y es divertido en las intervenciones al micrófono.

Musicalmente tocaron todo, “Al puro centavo” (manera mexicana de decir perfecto), interpretaciones redondas, química entre los miembros fascinante y junto con el público enérgico y entregado, nos brindó una experiencia sin lugar a dudas emocional.
Finalmente la ovación de despedida fue abrumadora, tardaron en salir del escenario e hicieron la reverencia más de tres veces y por último Mariusz Duda expresó que al momento este ha sido el mejor show que han tenido en el tour e inevitablemente los gritos no pararon. Así se cerró la velada mágica con Riverside y tenemos la garantía de que no pasaran siete años para volverlos a ver en tierras aztecas.