Esta ciudad nunca se detiene y no encuentra silencio por ningún rincón, la música se ha convertido en acompañante de muchos, vitamina diaria para enfrentar el movimiento por el fangoso y turbio ambiente citadino. La ciudad y sus inquilinos enfrentan los constantes cambios y el caos con unos audífonos colgados a sus oídos.
Durante años la música ha sido amplificador de una postal sonora construida por un sentir entre sus creadores. La Ciudad de México actualmente se encuentra en construcción sonora, en elaboración de nuevas postales que permitan entender cómo fluye la música en nuestras vidas con alta influencia algorítmica, dominante e influyente.
De los proyectos más jóvenes se encuentra Sei Still, una de esas bandas en proceso constructivo, dando forma a la imagen auditiva de esta ciudad alejada de las imposiciones tecnológicas. Su sonido es una autopista sin fin. Generadores de un ritmo en el cual el cuerpo se pierde en un movimiento constante, en un trance meditativo en la cima de una montaña.
Los creadores de este sonido son Lucas Martín (guitarra y voz), Mateo Sánchez Galán (guitarra y voz), Andrés Lupone (bajo y voz), Jerónimo Martín (batería) y Sebastián Rojas (síntesis y teclados) que desde el 2015 decidieron dar las primeras pinceladas al lienzo musical de Sei Still.
Su sonido está abrazado por dos instrumentos muy particulares, piezas importantes para su creación musical. Por un lado, Sebastián Rojas, utiliza un órgano FARFISA, cuyo instrumento es la sombra del sonido musical de los años setenta. Escondido y conocido comúnmente en bandas como Pink Floyd y Led Zeppelin. La marca es italiana y es un acrónimo de “FAbbriche Riunite di FISArmoniche”, que se traduce como “unión de fábricas de acordeones”. Las series mas populares fueron; Compact, Fast, Professional y VIP. El FARFISA 233, instrumento que se deja escuchar claramente en “Tácticas de guerrilla urbana” último sencillo que han presentado. El 233 es un potente monstruo de unos 30 kilos que cambió el sonido de la psicodelia y el punk-rock y que sigue fresco en la actualidad. Por otro lado, el órgano Acetone Top9 es una joya de los años sesenta, que Lucas Martín acompaña con un pandero que estimula la meditación constante en el viaje infinito por la música de esta banda.
Su sonido podrá ser admirado y contemplado en la próxima edición del festival Hipnosis el 26 de octubre, compartiendo escenario y sesión meditativa con Stereolab, Electric Wizard, Kikagaku Moyo y Mild High Club.
Bienvenidos a un viaje infinito.