Por David Mejía Zepeda
Alrededor de las nueve de la noche se apagaron las luces en el Frontón México, los efervescentes gritos del público, que aguardaba ansioso en el recinto, vaticinaban el comienzo de un encuentro musical con aires de nostalgia, los clásicos de dos bandas legendarias del grunge resonarían nuevamente como hace más de veinte años: Stone Temple Pilots y Bush.
El rock sigue ahí, STP abrió la noche con la energía que demanda el género que marcó época en los noventas. Los primeros acordes de los hermanos Robert y Dean DeLeo interpretando “Wicked garden”, volaron la cabeza de los asistentes quienes entraban en calor con la estruendosa batería del señor Eric Kretz. El empaque de banda grande sigue intacto, ahora bajo la voz de Jeff Gutt, quien de inmediato se apropió del escenario con una presentación a la altura de sus antecesores Chester Bennington y Scott Weiland.
Gutt asumió su rol como frontman con actitud y entrega, enfundado bajo una chaqueta de cuero, pantalón de mezclilla y gafas obscuras, el cantante hacía su trabajo con una imagen corporal que por momentos remitía la emblemática figura de Weiland, como hace algunos años. “Crackerman” y “Vasoline” eran tan solo el comienzo de un concierto que estalló con la emotiva interpretación de “Plush”, sin duda uno de los mejores momentos de la noche cuando la voz de Gutt se fundió con la del público, al unísono bajo el cobijo instrumental del resto de la banda.
Los californianos tocaron algunos temas de su más reciente producción. “Meadow” y “Roll me under” fueron parte de lo nuevo que, a tono con los grandes clásicos, redondearon su gran regreso a nuestro país. Finalmente, “Te amo México” fueron las palabras de agradecimiento de Jeff Gutt, quien tras lanzarse al público desde la grada, cerró contundentemente la actuación del cuarteto con la frenética “Sex type thing”.
El ánimo de la gente tras la presentación de STP permanecía encendido y ávido de más rock. Bush arribó al escenario para poner punto final al Revolution Tour con la explosividad escénica y musical de Gavin Rossdale, Robin Goodridge, Chris Traynor y Corey Britz. Los británicos abrieron su actuación con “Machinehead”, de inmediato fue notorio el entusiasmo de Rossdale al compartir en español su emoción con un “todos estamos aquí juntos como hermanos por la música”.
La comunión entre la banda y el público eliminó por completo las barreras de la brecha generacional. La destacada ejecución de clásicos como “Everything Zen”, “Swallowed” y “Glycerine”, detonaron cientos de gargantas que acompañaron de principio a fin la travesía vocal de Rossdale, quien no pudo contenerse para recorrer las gradas del recinto y empaparse de la pasión de sus seguidores. Tras una grata interpretación de “Come Together”, de The Beatles, Bush cerró con “Comedown” en lo que fue una noche memorable frente al Monumento a la Revolución de la Ciudad de México.