Theo Croker, un nuevo rostro del jazz
Por Ricardo Álvarez
Genéticamente corre por su sangre el jazz, pues por abuelo tuvo al mítico trompetista Adolphus ‘Doc’ Cheatham, quien lo acompañó e influenció durante la infancia. En casa seguramente desayunaba, comía y cenaba con música como principal compañera, dieta perfecta para un oído joven. De forma decisiva, Croker viajó hacia Ohio, a más de mil millas al norte de Leesburg, lugar donde nació, para estudiar y graduarse en el Oberlin Conservatory of Music y después abordar un avión que lo llevara al otro lado de la Tierra, donde decidió estacionar su vida durante siete años en Shanghái. El contacto con la cultura oriental le permitió ampliar, valorar y explorar el concepto sobre la música y el jazz, sumergiéndose en géneros como el R&B, el blues y el hip hop, adoptando un sentido de liberación y fuerte influencia espiritual para el desarrollo de su música y su propia vida.
El trabajo musical de Croker está construido por cinco álbumes y un EP. Cada uno es pieza de exploración, un viaje por diferentes carreteras sonoras. El lienzo auditivo del joven trompetista, que apenas se encuentra en los 34 años de edad, ofrece un paisaje por el jazz tradicional, funk, hip hop, afrobeat, R&B y un reciente gusto por las pinceladas decorativas que ofrece la música electrónica. Visualmente podría ser un cuadro de Jackson Pollock donde cada combinación de color, mancha, línea y gota son el reflejo intencionado de su influencia sobre su concepto de exploración musical que ha adquirido en el camino.
Este 2019, como año tras año, mundialmente hay una lectura desalentadora para el futuro político, económico, social y ambiental. Por fortuna, y después de tres años en espera, en mayo Croker presentó Star People Nation, un álbum dividido en 10 temas que representan un mensaje de salvación y esperanza a lo que parece no tener remedio. Es un álbum que transmite armonía y genera moviente, inquietud, no muy complaciente para los amantes de lo tradicional. En forma muy general es un amplio panorama de honestidad, un pequeño salvavidas de este planeta, un nodo de conexión.
Este último trabajo demuestra la capacidad con la que cuenta el joven trompetista para relatar historias infinitas empleando la música como herramienta y lenguaje, dejando de lado el sentido conservador y las limitaciones, haciendo uso de las amplias posibilidades en el uso de la tecnología y la experimentación para expandir el horizonte musical. El álbum brinca las fronteras, pues, contiene temas que exploran la estructura del jazz tradicional y al mismo tiempo las combina implementando corrientes como el afrobeat, en algunos momentos se asoman tintes latinos, el uso de samplers y elementos de música electrónica terminan por darle identidad al encuentro entre el pasado y el presente, esas dos culturas desconocidas, que poco a poco se van entendiendo, influenciando y encaminando hacia la evolución musical del futuro.
El álbum se basa en las leyendas de los extraterrestres que vinieron a la Tierra, una idea sugerida por el escritor Justin Emeka. Y aunque todavía es territorio de la ciencia ficción, es una idea que se encuentra en el imaginario de muchas personas, y quizá, cada vez menos lejano a la realidad. Croker busca, a través del sonido que ofrecen los sintetizadores, los secuenciadores y la distorción, generar ambientes espaciales que reunen dos culturas desconocidas, el pasado con el presente.
El mensaje sonoro inspira hacia la aceptación de las experiencias propias y la revalorización de las comunidades. Cada tema está cargado de mensajes contemplativos por el poder de la música, son una lectura en forma de amalgama con diferentes ramas creativas y mentes potenciales. Star People Nation termina convirtiendose en una invitación a la conexión con uno mismo, como lo sugiere Understand Yourself, tema construido en colaboración con Chronixx, un músico jamaicano que logra con el reggae, dicho de una forma muy romántica, encender el corazón.

Muchos considerarían que al tener una leyenda musical en la familia el proceso creativo se detiene, otros pensarán que es una puerta a una inmensa catapulta al reconocimiento y la fama. En muchos casos no aplica ninguna de esas dos visiones, y deberíamos erradicarlas, pues el artista, el verdadero y honesto, busca la construcción de su obra a partir de su propia experiencia, sin importar apellidos o genes hereditarios que pueden fungir como influencia, pero no son fuente decisiva y tampoco se les puede juzgar a partir de estas relaciones. En el caso de Theo, su obra y estilo es resultado independiente, cuenta con la capacidad creativa para comunicar y relatar a través de la música su filosofía al mundo. Lo destacable de encontrase álbumes como Star People Nation, y claro, jazzistas jóvenes como Theo Croker, es que mantienen la energía y vitalidad con un nuevo rostro la historia del jazz.