¿Tecolote, qué haces ahí,
parado en la rama seca?
Esperando a mi tecolota
pa’ llevarla a la Huasteca.
Trío Aguacero, “El Tecolote”.
En 1994 se crea el Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca, que junto con los institutos y consejos estatales de cultura de Hidalgo, Puebla, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí, a través de la Dirección General de Vinculación Cultural y la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, se encargan de atender y organizar cada año el Festival de la Huasteca en México.
El Festival multidisciplinario reúne a cientos de participantes de la región Huasteca para promover y difundir la diversidad de expresiones culturales de aquellos estados, y ofrecer una amplia y enriquecedora programación conformada por actividades, entre las que destacan la presentación musical de tríos, talleres de baile, danza, expresión corporal y manejo de voz; exposiciones, venta de artesanías, material musical y literario, gastronomía, medicina tradicional, conferencias, encuentros y foros.
EL FESTIVAL:
Del 20 al 23 de noviembre de 2014 se realizó por segunda vez en el municipio de Xilitla, San Luis Potosí, la edición XIX del Festival de la Huasteca.
Xilitla es una palabra náhuatl que significa “lugar de caracoles” o “entre los caracolillos”, y desde 2011 el municipio fue nombrado “pueblo mágico” por la Secretaría de Turismo de México.
También sirvió como escenario para celebrar 20 años del Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca, y además, recibir por primera vez dentro del Festival la participación de una agrupación internacional proveniente de la región de Islas Canarias, España.
¿Qué puedes encontrar en un Festival de la Huasteca?
El son huasteco: El trío huasteco está conformado por un ejecutante de quinta huapanguera, mientras otro ejecuta la jarana huasteca. Estos dos instrumentos llevan el ritmo y la armonía de la pieza, mientras el violín pauta la melodía.
El canto del son huasteco: Se ejecuta generalmente a dos voces, y en ocasiones los cantores se turnan los versos de una copla. En este caso, las formas comunes son que la primera voz cante los primeros dos versos y la segunda los repita, o bien, le conteste con otros dos versos. Mientras eso sucede, el violín guarda silencio y el zapateado es menos impetuoso.
Un patrimonio musical que los compositores huastecos, a través de su lírica y su singular falsete, le han regalado a la cultura mexicana.
Huapango Arribeño: Es un género mestizo que presenta notables similitudes con la tradición de los juglares y trovadores medievales. Su llegada a Xichú, San Luis Potosí, se dio por el devenir histórico. Atarjea, Arroyo Seco, Sanciro, Rioverde, Cerritos, Cárdenas, Rayón y otros municipios de la Sierra Gorda también se contagiaron.
Parte fundamental de la tradición del huapango arribeño es la Topada, situación en la que dos trovadores se enfrentan artísticamente en el contexto de la fiesta y el baile, acompañados de sus respectivos músicos, abordando temas de contenido social, histórico, religioso y de humor, que ponen a prueba el ingenio del artista, por medio de poesía trovada, combinada con improvisaciones y música de valonas, jarabes y sones.
Sones de costumbre y de carnaval: Son asociados con las danzas y rituales de los pueblos originarios. Este tipo de música con toda su magia nos remonta a lugares muy específicos, pues son como si estuvieras en una boda, una velación, algún motivo religioso o agrícola, es decir, en diferentes contextos.
Los sones y los sabores son una forma de entender el mundo.
Gastronomía: Qué decir de los sabores. Basta con sólo convocar a la memoria del paladar y del olfato para hacer presente la sabiduría milenaria de nuestros ancestros, a través de los olores, colores, sabores y texturas de la Huasteca. Nicandro Castillo decía: “para hablar de la Huasteca hay que haber nacido allá, saborear su carne seca con traguitos de mezcal”.
Los bocoleshumeantes (gorditas de masa fritas o cocidas en el comal, algunas rellenas de diferentes ingredientes); las chancacudas (gorditas cocidas en el comal con un poco de manteca de cerdo); los totolchikilis, los piltamales que llevan picadillo, carne de puerco o pollo; chabacanes, una especie de tostadas plegadas; se preparan con masa secada al sol, mezclada y cernida con manteca y chiltepín, que también se pueden encontrar dulces y de queso seco; los pemoles, elaborados con maíz tostado y molido, manteca y azúcar. Cabe destacar que pueden ser acompañados de un café de olla, atole de teja o frijol, y hasta de un trago de agua ardiente, mezcal de “aguacate”. Pero el platillo principal de la región huasteca es el zacahuil, que es un tamal que puede llevar un puerco entero o varias gallinas, se cocina en un horno bajo tierra o en una bóveda.
Ahora vengo bien dispuesto, para el huateque de mi región,
no se necesita fiesta, hay que arrancarse pal’ vacilón.
Quiero escuchar un huapango, de esos huapangos de por acá
algo que sepa a fandango, de esos que bailan de aquí pa’ lla’…
Tomás Gómez Valdema, “A mi Huejutla”
El Festival de la Huasteca invita a revivir juegos y voces del pasado que se encuentran en nuestro presente y que se olvidan en las ciudades urbanizadas. Provoca valorar el trabajo de los artesanos que con todos sus sentidos y esperanza crean piezas únicas para su venta. Incita a adentrarse en el conocimiento y experiencia de aquellas personas que recolectan yerbas y plantas para remediar el dolor de espalda, de cabeza, problemas de piedras en el riñón, e incluso a curar problemas de infertilidad a través de la medicina tradicional.
En esta edición XIX el Festival de la Huasteca puedes apreciar y conocer la tradición de los voladores de Tamaletón, originarios de Tancanhuitz, que piden permiso a la tierra a través del sacrificio de un ave para realizar su ritual amarrados a un tronco de árbol que mide 21 metros de altura.
Qué decir de la danza de viejos de Tempoal, Veracruz; de las bandas de viento provenientes de Hidalgo y del mismo San Luis Potosí, que llenan el corazón con cada nota, con cada movimiento.
También permite conocer a los pobladores con interminables historias, saber de sus oficios que llevan años, como el de Daniel Martínez, barbero que se ubica en la milenaria calle de peluqueros, en el municipio de Xilitla, o conocer los problemas a los que se enfrentan los encargados de centros culturales de las sedes.
En esta edición los talleres, exposiciones son escenciales dentro del festival. El eje temático de este año se dedicó a “La niñez Huasteca”. Entre las actividades destaca “El Foro La niñez Huasteca”, exposiciones artesanales y fotográficas, y “El Foro de Niños Huapangueros”, con la representación de tríos infantiles de los seis estados que conforman la huasteca.
Todas estas actividades que se realizan durante todo un día se encargan de dar paso a las noches de huapango en la plaza principal para disfrutar de un buen zapateado, acompañado de nuevas propuestas musicales de tríos infantiles y de tríos que ya tienen una experiencia consolidada dentro y fuera del Festival.
La región Huasteca por naturaleza es el escenario perfecto para disfrutar la diversidad cultural que ofrece México, donde convergen las culturas tének, nahua, otomí, tepehua, totonaca y pame.
Radio México Internacional y el Instituto Mexicano de la Radio estuvieron en la cobertura del Festival de la Huasteca, que se realizó del 20 al 23 de noviembre en el municipio de Xilitla, San Luis Potosí. Próximamente en este espacio encontrarás cápsulas que ilustrarán este viaje a nuestra cultura mexicana, a la región Huasteca.
Cobertura especial y fotos: Luis Ángel López y Diana Ramos
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