Vicente Leñero nació en Guadalajara el 9 de junio de 1933. Hoy estaría cumpliendo 82 años. Maestro de narradores y teatreros, periodista ejemplar pues siempre iba a la cabeza, también fue guía de dramaturgos, críticos y actores, de aquellos que tuvieran que ver con la construcción, diseño e interpretación de una historia y con cualquiera relacionado con la escena teatral. Y es que Leñero fue, no sólo uno de los escritores más destacados de México en la segunda mitad del siglo XX, sino un descubridor de nuevas formas, géneros y talentos.
Con su estilo inconfundible y una muy creativa necedad por escribirlo todo, fue autor de textos como Los albañiles, Redil de ovejas, El Garabato, La vida que se va, Los Periodistas, el muy popular Evangelio de Lucas Gavilán y el controvertido Asesinato, reportaje novelado (mucho más allá de la nota roja) sobre un crimen real que sacudió al país . También realizó guiones de películas como Mariana, Mariana, Miroslava, El crimen del padre Amaro y El callejón de los milagros y de escritos como La inocencia de este mundo que se convirtieron en indispensables para la labor periodística y editorial de muchos.
Vicente Leñero, en general y en resumen, es un escritor excepcional porque nada le falta y en su trabajo no existe algo que le sobre. Su obra es como un juego de ajedrez, donde el tablero se mueve y cambia el panorama, presentando una multitud de opciones e interpretaciones. Y a veces parece que no sólo para el lector sino también para los habitantes del libro. Los inolvidables personajes que nos han acompañado desde hace mucho más que medio siglo por escenarios y párrafos y cambian a golpes de página.
Hombre de teatro y padre de muchos, como lo describe su hija Estela Leñero, Vicente recibió importantes reconocimientos como el Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral en 1963, el premio Xavier Villaurrutia por su antología La inocencia de este mundo en 2001 y el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México, en el área de Lingüística y Literatura, edición del 2001. Integrante de la Academia Mexicana de la Lengua fue elegido el 11 de marzo de 2010 para ser el cuarto ocupante de la silla XXVIII. Tomó posesión de ella 26 de mayo de 2011 y la dejó, por la mayor de todas las causas, su muerte, el 3 de diciembre del año pasado.
Un excelente festejo, porque sabemos que a Leñero no le gustaba las fiestas ni los homenajes y se describía como un hombre tímido y aislado, sería celebrar con nuevos lectores para sus textos de siempre.
Texto: Cecilia Kühne