Por Yuriria Contreras
Todavía con el telón abajo comenzaron a sonar los instrumentos: la jarana, el violín, la guitarra de son. “Si al atravesar la mar la suerte no me abandona…” entonó la voz de Tereso Vega. Y no, no nos abandonó. Durante dos horas navegamos en la perfección y la magia de la música, en el calor de la amistad, en la emoción de la cercanía. “Ariles y más ariles..”, “Ay cómo rezumba y suena…”.”El Balajú” y “El Cascabel” fueron los puertos de salida y de llegada de esa travesía que corrió, sí con suerte, pero sobre todo con la fuerza de la vida.
El domingo 24 de mayo, el grupo Son de Madera presentó su disco “Caribe Mar Sincopado” en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris en un concierto verdaderamente inolvidable. Inolvidable por muchas razones: porque se trata de un gran disco, porque fue un espectáculo preparado con cuidado y con amor, porque el repertorio de sones fue exquisito, porque el público vibró al unísono con los músicos y, finalmente, porque fue la conclusión de una cita aplazada por la desdicha de la pérdida del joven contrabajista Aleph Castañeda, cita que se cumplió como un festejo de su creativa presencia en este mundo, de la huella de su impecable y bello trabajo y de la música que nos depara la más auténtica felicidad.
Un disco como el que se presentó, “Caribe Mar Sincopado”, está hecho de un conjunto de coincidencias afortunadas. En él se reunieron el virtuosismo y la creatividad desbordada de Ramón Gutiérrez, la contundencia sonora, la fuerza interpretativa y el arraigo en la tradición sonera de Tereso Vega, la profundidad de la expresión musical de Natalia Arroyo, la experimentación y la capacidad de rebasar las posibilidades de su instrumento de Aleph Castañeda. Nunca un mejor título para estas coincidencias: “Caribe Mar Sincopado”, porque el Caribe es un mar de encuentros, el mar por el que cruzaron muchas de las mejores cosas que ahora nos constituyen, el mar que era puerta y puerto de llegada de todo aquello que después tomó forma en el caribe mexicano y que, desde Veracruz, se metió, tierra adentro en los corazones de todos
Y así estuvimos el domingo 24 de mayo quienes asistimos al Teatro de la Ciudad. Con la música dentro, muy dentro del corazón. Sorprendidos ante la avalancha de emociones, agradecidos por la perfección de la música. Gracias por ello a los tres integrantes de Son de Madera, gracias al recuerdo de Aleph Castañeda, gracias a Óscar Terán y Arón Cruz, los dos contrabajistas que estuvieron en el escenario, gracias a Iraida Noriega que también puso su voz en algunas bellas interpretaciones, gracias a Migue Ángel Rivera por la magnífica dirección de escena. ¡Gracias al son, gracias a la poesía, gracias a la música!
Fotos: Enrique Rivera.
Aquí les compartimos el son “Balajú” con Son de Madera de su disco Caribe Mar Sincopado
Escucha el audio.
me gustaria saber si tienen en yuotube su seccion o si tienen un disco con el son de el hidalganse o si tienen en ventas dvd. y me gustaria estar en comunicacion con musico del tololoche. saludos y felicitaciones . los angeles ca.
Tuve la fortuna de estar en este concierto. A la extraordinaria reseña de quien asistió y se emocionó al igual que un servidor, agregaría que Son de Madera ha revitalizado el son jarocho ahora más que nunca, una exquisitez que hace de música una de clase mundial, sin duda.
Muchas gracias Edilberto. Tienes razón y que bueno que sumaste tu opinión a nuestra. Sin duda es un gran trabajo musical.