A finales del mes de octubre las flores de cempasúchil llegan en enormes montones a todos los mercados de México. Su aroma y su intenso color se instalan en el ánimo de todos en los días 1° y 2 de noviembre. Con ellas se adornan las casas, los panteones, las ofrendas. Y son ellas las que, según se dice, guían los pasos de nuestros difuntos para traerlos hasta nosotros en estas fechas tan señaladas.
Pero las flores de cempasúchil siguen también su propio camino, ese que las lleva desde los grandes campos hasta los altares, ese que comienza en el cálculo de los sembradores que eligen los días precisos para echar a la tierra la semilla, de forma que los capullos abran justo cuando se les necesita.
¿Desde dónde llegan nuestras flores de cempasúchil? Las de la Ciudad de México vienen de los campos de Morelos, Puebla y el Estado de México, pero también de las zonas rurales de la propia capital: Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco. Ahí se produce, sobre todo, el cempasúchil de maceta en sus múltiples variedades, pero también en las zonas altas y cerca de los lagos se puede encontrar el cempasúchil de corte, como los agricultores le nombran.
Don Ramiro García, chinampero de San Gregorio Atlapulco, ha vigilado el crecimiento de esta planta durante muchos años y está seguro de que debe sembrarla en su chinampa entre el 16 y el 28 de julio para poder cosechar las flores a fines de octubre. Lo visitamos hace unos días en un recorrido que hicimos por la zona chinampera de Xochimilco. Lo encontramos en su sembradío que estaba colmado de flores y era visitado por infinidad de mariposas de todos los tamaños y colores. Don Ramiro se preparaba para comenzar el corte de los cempasúchiles, “los lisos y los chinitos”, nos explicó, y comenzaba también a preparar un pedacito de su chinampa para la siembra de perejil, “que aguanta muy bien las heladas”.
La búsqueda de las flores de cempasúchil también nos llevó a San Luis Tlaxialtemalco, pueblo xochimilca limítrofe con Tláhuac. Allí conocimos, llevados por el azar de las preguntas a los transeúntes, a la Familia Pérez: Don Enrique, el padre; Doña Mercedes, su esposa; Noel y Luis, sus hijos ya adultos. Una familia dedicada al cultivo y a la venta de plantas de ornato. La hortensia es su especialidad y también trabajan el cempasúchil o “flor de muertos”. Su punto de venta es el mercado de plantas de San Luis, enfrente del bosque, junto al parque Acuexcómatl, (cualquiera les puede guiar); y su puesto está ubicado a un lado del atar de la virgen que han colocado ahí los vendedores. Con una gran amabilidad y disposición, ellos nos llevaron a la zona de siembra de las flores, en el corazón de las chinampas. Estábamos a solo unos pasos del pueblo, nada lejos del tránsito y el bullicio, pero el paisaje y el ambiente eran otros. “Es muy bello amanecer aquí”, nos contó Luis, “los sonidos cambian conforme pasan el año y las estaciones. La temporada de lluvias trae a las ranas y uno se duerme y se despierta con su croar. Pero en estos días comienzan a irse y llegan las aves migratorias con sus cantos particulares”. Caminamos por entre los canales y los sembradíos, vimos a los patos y a las garzas y nos llenamos los ojos con todos los tonos de amarillo que caben en las mil formas de los cempasúchiles. “Los abuelos de nuestros padres se dedicaban a la siembra de verduras y las llevaban en canoas hasta el Mercado de Jamaica”, siguió contando Luis. “Eran otros tiempos. Ya después la familia se concentró en las flores y las plantas. Pero ahora estamos volviendo a las hortalizas y buscamos opciones de agricultura orgánica. Por lo pronto estamos probando con el cultivo de fresas.” La charla continuó por un rato más y finalmente Don Enrique, nos encaminó en su bicicleta entre el laberinto de las chinampas.
Dos bellas macetas y un enorme ramo de cempasúchiles se fueron con nosotros. Ahora adornan el lugar del encuentro con los ausentes.
Muchas gracias a Don Ramiro y a la Familia Pérez. Nos queda un agradecimiento infinito hacia ellos y hacia todos los agricultores que, con dedicación y cuidado, mantienen viva nuestra más entrañable tradición.
Texto: Yuriria Contreras
Fotografías: Enrique Rivera.
Queridos amigos de RMI reciban un cordial saludo y un abrazo de mi parte, yo radico en Guadalajara y quiero felicitar a la emisora en este caso particular; por este articulo referente a esta planta de el cempasuchil, por cierto muy mexicana y acorde a la temporada de dias de los muertos.Me parecio muy completo y muy ilustrativo.He revisado su pagina web y no encontre algun programa relacionado a la contestacion de correspondencia de oyentes de RMI,como sugerencia me gustaria integraran algo asi en su programacion.
Agradezco sus atenciones, y estoy muy atento a sus programas.
¡Muchas gracias por el comentario Javier! Vamos a tomar en cuenta lo que nos sugieres y también nos sentiríamos muy contentos si nos envías sugerencias de programación o de temas para nuestra página relacionados con la bella ciudad de Guadalajara. Recibe un saludo muy cordial.