Por Mario Leyva Escalante
La notable escritora sinaloense Inés Arredondo murió el 2 de noviembre de 1989 en la Ciudad de México, habiendo nacido en Culiacán, Sinaloa, el 20 de marzo de 1928. Fue hija del médico Mario Camelo y Vega y fue la mayor de nueve hermanos. Cursó estudios de Biblioteconomía. Formó parte de la generación de escritores que empezó a publicar en la década de los sesenta al lado de destacados autores como Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo y Sergio Pitol, entre otros.
Ingresó a la carrera de Letras Hispánicas en 1948 y entre 1950 y 1951 estudió Arte Dramático. En 1958 contrajo matrimonio con el escritor Tomás Segovia con quien reforzó su vocación literaria.
Fue una de las más sobresalientes cuentistas mexicanas, aunque su obra es breve, apenas tres libros que contienen 34 relatos. “La señal” publicado en 1965, “Río subterráneo” en 1979, por el que obtuvo el premio Xavier Villaurrutia, “Los espejos” escrito en 1988 y el cuento para niños “Historia verdadera de una princesa” de 1984.
Su trabajo como crítica literaria y ensayista quedó plasmado en una serie de textos sueltos publicados en diversas revistas y suplementos culturales. Estos textos fueron reunidos bajo el título “Ensayos” una publicación de 2012. Destacan sus trabajos autobiográficos y el reconocido y amplísimo estudio sobre el gran poeta veracruzano Jorge Cuesta. Una investigación original y novedosa que analiza, por primera en México, la poética de uno de los miembros más destacados del reconocido grupo literario Los Contemporáneos, de quienes Arredondo y su generación eran fieles seguidores.
En su obra abordó temas considerados delicados para la sociedad mexicana como las relaciones familiares y de pareja. Profundizó en asuntos como el erotismo, la muerte, la perversión, el amor, la pasión, el voyerismo, la pérdida de la inocencia, la infidelidad y la traición. Además de otros igualmente controvertidos como el abuso sexual, el autoritarismo, el machismo, el aborto y el incesto.
Durante su vida recibió cuatro reconocimientos oficiales: la medalla Fray Bernardo de Balbuena, en 1986; el doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma de Sinaloa en 1988 y dos homenajes por su actividad literaria, en 1987 y 1988.