Por estas fechas, para ser más precisos entre los meses de noviembre y febrero, suele verse en los mercados fijos y en los tianguis (mercados ambulantes) de los diferentes pueblos de algunas partes de Morelos y de Taxco, Guerrero, a unos puesteros peculiares: los “jumileros”, que ofrecen a la venta unos curiosos insectos comestibles, los jumiles, unas chinches de monte que se venden vivas y que se exhiben en recipientes de plástico donde se mueven unas encima de otras y trepando, de vez en vez, por las paredes del traste o por un palito que algunos marchantes colocan en su parte central. Se les llama jumiles y también “chumiles”, y en Morelos se dice que los segundos son una variedad más pequeña de la misma especie.
Los jumiles representan un ejemplo de la muy antigua tradición de consumir insectos dentro de la dieta cotidiana, la cual data de los tiempos prehispánicos cuando estos pequeños animalitos (jumiles, chapulines, hormigas, moscos, etc.) constituían una de las más importantes fuentes de proteína de la dieta de las personas. El jumil o chumil se conoce también como “chinche de monte”, su nombre en náhuatl es “xotlimilli” y su nombre científico es Atisis Taxcoensis, haciendo alusión a la importante población guerrerense de Taxco donde estos insectos tienen gran importancia y donde se celebra la “Feria del Jumil” en las fechas posteriores al Día de los Fieles Difuntos.
En el cerro del Huixteco, cercano a Taxco, los jumiles son muy abundantes, aparecen en los primeros días de noviembre y se terminan después de febrero cuando empiezan las primeras lluvias. Se encuentran adheridos a las hojas de los encinos y se alimentan de ellas, lo cual les da un sabor acanelado. Estos animalitos desprenden un líquido de olor intenso que representa una de las cualidades más apreciadas por quienes los consumen.
Antes se recolectaban en canastones y se les rociaba con agua para mantenerlos vivos, ahora se sigue el mismo procedimiento pero se guardan en costales sintéticos y las viejas ollas de barro en las que se llevaban a vender han sido sustituidas por recipientes de plástico. También ha cambiado el envoltorio en el que se entregan al cliente, antes se usaban hojas de una planta conocida como cucharillo y ahora se venden en pequeños cucuruchos de papel de estraza que cuestan 5 pesos cada uno o tres por 10.
Se dice que tienen muchas propiedades alimenticias pero no es fácil que, quien no esté habituado a su sabor, se anime a comerlos. Hay quien se los come vivos y solamente poniéndolos en una tortilla, pero lo más común es incorporarlos, molidos, a una salsa molcajeteada, a la que le aportan muchos nutrientes y un sabor muy peculiar.
Asómense a los tianguis Taxco o de los pueblos de Morelos por estas fechas, pueden probarlos o no, pero siempre es interesante ver a los jumileros ofreciendo su producto y constatar que las más antiguas tradiciones alimenticias de México se conservan vigentes.
Las imágenes que ahora compartimos con ustedes fueron captadas en el tianguis de Yecapixtla que se realiza los jueves en esa población del estado de Morelos.
Galería
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- Tianguis de Yecapixtla.
- Compradora en el tianguis de Yecapixtla.
- Vendedora de jumiles en el tianguis de Yecapixtla.
- Recipiente de plástico con Jumiles.
- Jumiles y de flores de colorín que se utilizan en diferentes platillos.
- Cucuruchos de papel de estraza para la venta de los Jumiles.
- Puesto de especias para condimentar los alimentos.
- Tianguis de Yecapixtla.
- Tianguis de Yecapixtla
- Las tradicionales bolsas de mandado del tianguis de Yecapixtla.
Como dato curioso les compartimos una canción que habla precisamente de estos insectos, canción “El jumilero” de Raful Krayem Sánchez interpretada por el grupo Cuerdas de Plata.
http://artcamp.com.mx/Musica/Cuerdas/Krayem/track02.mp3
Que bien que hacen alusión a los jumiles, su sabor es incomparable y toda una experiencia. Tuve la oportunidad de probarlos con una salsa de molcajete y tortillas de maíz recién hechas. Una delicia! que deseo repetir.
Gracias por el comentario Edith. Los jumiles son una tradición de cientos de años y nos entusiasma que compartas con nosotros tu experiencias al probarlos. Ricos los jumiles y la salsa y nada mejor que unas buenas tortillas recién hechas. ¡Mmmmm!
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