¿Cuánto nos dice el circo sobre el ser humano? ¿Por qué ejerce esa atracción avasalladora? ¿Cuánto de cada quien se pone en el trapecio? Andrea Peláez*, nos compartió sus aprendizajes y reflexiones a partir del encierro y la pandemia. Es un hecho que el circo tiene un pivote: romper límites. Y, en estos tiempos siguieron ofreciendo sus talleres y la licenciatura de Artes Circenses Contemporáneas, en línea. Ante la posibilidad de retomar parcialmente las actividades presenciales, Cirko de Mente nos invita a su Karpa de Mente donde a través de metáforas en acción experimentaremos un viaje para despertar a la mujer salvaje (Lo pequeño desconocido); a través de máscaras nos toparemos con un perro y sus dos mundos (Hombre perro); lanzaremos desafíos ¿Cuánto tiempo dura el equilibrio? (Nagasi), o ¿Quiénes somos ahora ante la incertidumbre? (Lo incierto sin forma… como hoy).
Se trata, afirma Andrea, de propuestas de autor. Sus creadores indagan y desde el teatro físico, las técnicas aéreas, el gesto, la aéreodanza, la pantomima o el humor nos comparten su mirada y sentir respecto al mundo que nos toca reinventar.
Durante la pandemia Nadie se quiere quedar quieto, Nadie se quiere quedar solo y el circo es un punto de encuentro para el asombro, y la poética visual. No te pierdas esta charla porque ¡se trata de circo… y algo más!
Texto: Rita Abreu
*Directora y cofundadora del Cirko de mente desde 2003.