Texto: Uriel Villaseñor
El pasado 9 de septiembre se realizó la tercera edición del Festival Flotante en la Ciudad de México. El lugar: la Ex Fábrica de Harina, un espacio ubicado en los límites de Tacuba y del gigantesco Parque Bicentenario.
El objetivo del Festival Flotante, surgido en el oscuro 2020, es claro: presentar una propuesta fresca que sirva como trampolín a bandas emergentes, y otras no tanto, a escuchas curiosos de la escena nacional, apostando por la diversidad de sonidos cargados de jovialidad y distorsión.
El lugar no podría ser más acorde a dicha propuesta, pues los espacios que alberga este enigmático recinto resaltan la estética de los sonidos de las bandas que nos hicieron brincar y gritar a todo pulmón en los dos escenarios con los que contó el festival.










En esta ocasión, el Flotante se armó de la presentación de bandas nacionales provenientes de diferentes estados de la república, así como de bandas internaciones llegadas de Chile y Ecuador. El cartel nos regaló una excelente alineación de artistas, los cuales sin duda alguna se entregaron al público. Desde los sonidos dream pop de Aleex Raptor, el indie pop de Planeta No y las concisas letras acompañadas de una guitarra sobria de Telegramas Ajenos, hasta la enérgica voz de Grito Exclamación, la desbordante pasión de Niño Viejo, el talento de Frucola Frappé y la desgarradora voz de Pánico, por mencionar algunas de las bandas que, en conjunto, hicieron de este sábado un día lleno de gritos y saltos desenfrenados.
Como parte de la experiencia, el Festival Flotante brindó dos eventos extra al margen del evento principal, siendo estos una pre-fiesta acústica el jueves 7 de septiembre y un show llamado Siempre en Domingo el 10 de septiembre. En ambos encuentros participaron más bandas para sumarse a la celebración de este año.










Cabe mencionar que el acceso al Festival era para todas las edades, lo que podía notarse principalmente al recorrer el complejo de la Ex Fábrica y encontrar a familias disfrutando de las diferentes opciones de comida con las que cuenta el lugar.
Si bien algunos detalles de organización y logística (algunos dependientes del recinto sede) quedan por pulirse, no cabe duda de que el Festival Flotante se ha vuelto un imperdible por su excelente propuesta de bandas, concepto y energía, dejándonos de nuevo con la sensación de querer más y más de nuestros grupos favoritos.









