¿Se ha preguntado quién los inventó o de dónde vienen los curitas?
No, no vienen del Vaticano ni de la iglesia, me refiero a los curitas para heridas. Si hay algo que no puede faltar en cualquier botiquín casero son los curitas. Son el mejor aliado de las cortadas o heridas leves en la piel. Pero ¿Desde cuándo existen o quién los inventó?
Antes de la existencia de las vendas se utilizaba una especie de gasa con aserrín prensado para cubrir las heridas, esto por supuesto no era ni estéril ni bueno para la cicatrización. Las cosas cambiaron a finales del siglo 19 cuando Joseph Lister promovió el uso de elementos estériles en la medicina. Lister utilizaba ácido carbólico, también conocido como fenol, para limpiar las heridas y esterilizar el equipo médico. En una de tantas conferencias conoció a Robert Johnson, un farmaceuta de Nueva York, quién vio una gran oportunidad de negocio en sus productos. Años después Robert se asoció con sus hermanos, un ingeniero civil, y Edward, un abogado, para crear la famosa y mundialmente conocida Johnson & Johnson.
Entre muchos de sus patentes, crearon las gasas y los curitas que conocemos actualmente. El curita nació porque la esposa de uno de los trabajadores era un poco torpe en la cocina, se cortaba y quemaba con relativa frecuencia. Esto llevó al empleado a crear una venda que se quedara en su lugar y conservara sus propiedades estériles. Lo que hizo fue colocar un poco del algodón estéril en medio de una cinta adhesiva y colocarla sobre las heridas.
La compañía tomó el invento y lo incluyó en la gama de productos de la empresa. En estados unidos se llaman Band-Aid y fuera de gabacholandia se conocen como “Curitas” o “tiritas”.
¿Usted ha usado de estas banditas?