Por Mario Leyva Escalante
El reconocido artista Juan Soriano, cuyo nombre original era Juan Francisco Rodríguez Montoya, hijo de Rafael Rodríguez Soriano y Amalia Montoya Navarro, adoptó el segundo apellido de su padre como propio y así fue conocido desde la infancia. Nació en Guadalajara, capital del estado de Jalisco, el 18 de agosto de 1920. Desde los 12 años visitaba regularmente el estudio del artista mexicano Jesús Reyes Ferreira, “Chucho Reyes”; ahí conoció al notable arquitecto Luis Barragán y tuvo su primer contacto con el arte a través de las muestras de pintura europea impresa en cromos y revistas.
A esa edad acude por primera vez a un museo y comienza a leer las obras que edita José Vasconcelos. En esa época conoce al artista plástico Roberto Montenegro. En 1933 ingresó al taller “Evolución” de Francisco Rodríguez “Carcalla” en el que incursionaron también artistas como Raúl Anguiano y Jesús Guerrero Galván. En 1934 participó por primera vez en una exposición colectiva del taller en el Museo de Guadalajara.
Figuras tan reconocidas como Lola Álvarez Bravo, María Izquierdo y José Chávez Morado le sugirieron que se trasladara a Ciudad de México y en 1935 llegó a la capital de la República Mexicana e ingresó como maestro de dibujo en la Escuela Primaria de Arte. En 1937 entró a la Escuela Nocturna de Arte para Obreros y su maestro Santos Balmori lo inscribió en la Liga de Artistas Revolucionarios. Se relacionó con importantes miembros de la vida cultural mexicana como Rafael Solana, Frida Kahlo, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia y Lupe Marín, entre otros y comenzó su actividad como escenógrafo. Posteriormente rompió con la LEAR y con Santos Balmori. Impartió clases en la Escuela de Pintura y Escultura “La Esmeralda” y comenzó su participación en exposiciones internacionales en Nueva York y Filadelfia.
Continuaron sus viajes al extranjero, sus exposiciones y participó como escenógrafo y diseñador de vestuario en el grupo poesía en Voz Alta. En 1957 recibió el premio José Clemente Orozco y en 1959 celebró sus 25 años como artista con una magna exposición en el Museo de Arte Moderno. En 1966 presentó su primera gran exposición escultórica en el Palacio de Bellas Artes. En 1975 se trasladó a vivir a París alternando su estancia con Ciudad de México. Obtuvo el Premio Nacional de las Artes y comenzó a realizar sus esculturas monumentales. La escritora Elena Poniatowska escribió el libro: “Juan Soriano, niño de dos mil años”. Murió en Ciudad de México el 10 de febrero del año 2006.