Este sábado 6 de diciembre murió a los 93 años de edad Don Miguel Martínez, gran trompetista de Mariachi, llamado por muchos “EL PADRE DE LA TROMPETA MARIACHERA”.
Un hombre modesto y gentil que vivía en un pequeño departamento de interés social en el rumbo de Tenayuca. Nacido en Celaya, Guanajuato, fue el creador de un estilo singular para tocar la trompeta dentro de los conjuntos de mariachi y fue el primer trompetista que tuvo el Mariachi Vargas de Tecalitlán.
Comenzó tocando una pequeña trompeta (un pistón) en un mariachi callejero que, de vez en cuando, buscaba clientela en la Plaza Garibaldi. Ahí lo conoció Silvestre Vargas quien lo invitó a hacer una prueba con su mariachi, cuando la XEW le exigió al Mariachi Vargas que incorporara una trompeta a su conjunto para darle más tiempo en la radio. Hizo la prueba, los productores de la radio lo aceptaron y ahí comenzó una larga y emocionante historia, a el sonido de la trompeta de Don Miguel le debemos mucho más de lo que imaginamos.
Después de muchos años de trabajar con el Mariachi Vargas de Tecalitlán logro pertenecer también a otros conjuntos como el Mariachi México de Pepe Villa, e incluso llegó a tocar, en un estilo totalmente diferente, con el Trío Guayacán. Lo que él siempre hubiera deseado es convertirse en trompetista sinfónico, cosa que nunca pudo hacer porque para aprender el estilo de concierto se hubiera visto obligado a dejar de tocar música de mariachi, que fue siempre su medio para ganarse la vida. Hace un par de semanas estuvo presente en la ciudad de Nueva York, invitado por el New York City Mariachi Conservatory y recibió su último homenaje durante el Festival Internacional de Mariachi de esa ciudad. La foto que ahora compartimos es de su época de oro con el Mariachi Vargas y aparece en el libro “El Mariachi, símbolo musical de México” del Dr, Jesús Jáuregui.
Cada vez que oigamos a cualquier mariachi tocando el Son de la Negra y nos emocionemos con la fuerza de la trompeta en sus primeros acordes, tengamos presente que esa versión sigue el modelo que Don Miguel le imprimió a una legendaria grabación realizada en los años 40 y que dejó honda huella en el sonido de la música mexicana. LE RECORDAMOS CON CARIÑO Y UN ENORME RESPETO.