Por Luis Ángel López
Xilitla es un municipio del estado de San Luis Potosí, en la región Huasteca, que es considerado “pueblo mágico”, desde el año 2011, por la Secretaría de Turismo. A escasos cinco kilómetros de Xilitla (45 minutos a pie y a buen ritmo), se ubica un lugar mágico y misterioso, del que años atrás yo había escuchado, “El jardín surrealista” al que, si no quieres pasar como un turista, es mejor que lo llames “Las Pozas de Edward James”.
Llegué a Xilitla hace unos días, debido al evento que cada año realiza CONACULTA, el Festival de la Huasteca, el cual celebró, en esa población potosina, su edición número 19.
Una vez instalado y organizada mi agenda para visitar las sedes del festival, además de concretar entrevistas para Radio México Internacional, no pude dejar pasar la oportunidad de conocer uno de los sitios “mágicos” más importantes de mi país, México.
Uno de los pobladores de Xilitla, Luciano González, que también funge como profesor de lengua náhuatl y trabajador del Instituto Xilitlense de Bellas Artes, se ofreció muy amablemente a llevarme hasta aquel lugar de “Las Pozas”.
Aprovechando el viaje, primeramente, me llevó a ver una panorámica del pueblo de Xilitla desde su parte alta. Fue emocionante observar la población rodeada de un hermoso color verde, ese verde que en las ciudades sólo podemos ver cuando acaba de llover, pero que en las regiones boscosas, en este caso en la Huasteca, es tan común. Después, y muy cerca de ahí, me invitó a conocer “La cueva”, ubicada justo en medio de un camino de tierra que, en palabras de Luciano, fue hecha a pico y pala por los pobladores que eran obligados a abrir una vía de comunicación con otras comunidades.
Ahora sí, llegó el momento del banquete, o tal vez del postre: conocer “Las Pozas”. Agradecí a Luciano su disponibilidad y su interminable historia de vida, pero el tiempo apremiaba y él debía seguir su camino y yo aprovechar cada minuto en aquel lugar. La entrada al sitio tiene un costo de 50 pesos y te permite visitar las cascadas y el jardín. Si la visita la haces como medio de comunicación debes llenar una solicitud previamente para que te autoricen hacer tomas y grabación del espacio, pues, en palabras del encargado, es un sitio privado.
Los monumentos que me recibieron en la entrada son una serie de pedestales en línea y, del otro lado, una estructura que simula un castillo un tanto desgastado. Sabía que el espacio que estaba a punto de pisar sería increíble, porque inmediatamente pensé en la obra de Remedios Varo, Leonora Carrington o Salvador Dalí; o en una de las sagas de J. K. Rowling o J. R. R. Tolkien.
La puerta del laberinto se abrió. Serpientes y formas esféricas me recibieron. Adelante y atrás no hay nadie más, estoy a punto de perderme en el tiempo, el espacio y la mente del escultor Edward James. Me encuentro con una persona de mantenimiento y le pregunto: “¿Qué tan probable es que me pierda aquí?” A lo que ella respondió: “Poco. Hay más gente adentro del lugar”. Ahora sí estoy casi seguro que no encontraré ni principio ni fin.
Ya adentro, la sensación de frío con calor, más la humedad del lugar, se combinó con las percepciones de mis sentidos. En cada paso veo algo diferente: una figura de orquídea, inmediatamente unas pequeñas esculturas en forma de manos, aves, ojos, estructuras de cruz y formas de triángulos que representan puertas, umbrales que me llevarán a otro sueño, pues el lugar es una invitación para mezclar la magia, la realidad y la fantasía del artista surrealista.
Edward James nació el 16 de agosto de 1907 en Escocia, dentro de una familia con un gran poder adquisitivo. Aproximadamente en 1947 llegó a la Huasteca Potosina huyendo de la 2ª Guerra Mundial. Cautivado por la belleza natural del lugar, decidió comprar varias hectáreas para construir un jardín de orquídeas, pero las condiciones climáticas no permitieron continuar con el sembradío. Es así como surgió la idea de crear lo que hoy se conoce como “Las Pozas” de Xilitla. Edward James gastó millones de dólares en la construcción de “El jardín de las delicias”, empleando a cientos de obreros y artesanos.
Para entender un poco su obra, es importante señalar que James mantuvo una estrecha relación con artistas surrealistas que compartieron su arte, entre los que destacan Rene Margritte, Salvador Dalí y Leonora Carrington.
Conforme voy subiendo pienso que me perderé en el enorme jardín, pero mi instinto quiere seguir y seguir. Al mirar el reloj veo que es un poco tarde, decido bajar para tener tiempo de visitar las pozas, ubicadas a un costado.
“Las Pozas” es un lugar donde encontrarás cascadas que desbordan en riachuelo cristalino, donde las estructuras y la parte surrealista no terminan.
No seguiré contando sobre el lugar porque fotos hay bastantes e historias infinitas. Dejaré que descubras la experiencia de vivir y sentir los colores, olores, texturas y sonidos que alberga el recinto. Al interior encontrarás un salón con una pequeña exhibición de mini figuras y, además, la historia del jardín y del escocés por nacimiento Edward James.
Actualmente se dice que el recinto pertenece a Fundación Banamex, sólo como dato extra.
Si algún día llegas a Xilitla no pierdas oportunidad de visitar “Las pozas de Edward James”, y de paso conocer a Don Luciano, pues son parte importante de la historia de este lugar, del estado de San Luis Potosí y que, en esta ocasión, el Festival de la Huasteca me permitió conocer.
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Fotos: Diana Ramos