En su música encontramos mensajes para niños, que reconocen la importancia de la democracia, o aquellos que animan a las mujeres a reírse y llevarse lo mejor posible con la menopausia. Para no mandar al archivo de olvidos la música que se hace para teatro, platicamos con Leo, sobre esa faceta de su versátil perfil de instrumentista (teclados, piano, jarana, y sobre todo acordeón), compositor y actor.
¿Qué sucede a un niño que crece en casa de los abuelos a finales de los años setenta con unas tías que aman la ópera? ¿Cómo lo transforma el órgano que le traen años después los Reyes Magos? Una vez más, infancia es destino. Se dedicaría a la música desde la academia, la calle, los escenarios, el canto, la composición y la actuación.
Leo se involucra en el son jarocho, al lado de Los Parientes de Playa Vicente, lo mismo que a un grupo como Chéjere, o al canto cardenche donde la voz lo expresa todo. Regina Orozco le sugiere que se acerque al acordeón y ese hecho determina un cambio de dirección. Con ese instrumento disfruta los duelos entre acordeones o el diálogo “acalorado” con la trompeta. Hace diez años acompaña a Lila Downs con quien también puede hacer zapateados que describen bien los vaivenes de un cortejo.

No deja de lado el humor en la música, ni los recursos electrónicos que puede aportar el sampler. Todo va sumando a su trayectoria y a las notas que van haciendo su biografía, incluida la sangre yaqui que corre por sus venas.
Te invitamos a descubrir algunos de los elementos vitales que conforman la personalidad y pasión de este compositor y músico mexicano y le sigas en las plataformas digitales, pues tiene mucho que compartir y sus oyentes mucho que disfrutar.
Texto: Rita Abreu