Una imponente construcción virreinal destaca en el sobrio paisaje de la Mixteca Alta de Oaxaca. Se perfila a lo lejos y, desde la carretera, despierta la curiosidad del viajero. Es un bello edificio, elegante, rotundo, sorprendente: el templo y ex-convento de San Pedro y San Pablo de Teposcolula, Oaxaca, con su impresionante capilla abierta.
El viajero se adentra en esta población de larga historia y la recorre con cuidado, adivina de inmediato que se trata de uno de esos lugares excepcionales que un explorador atento no debe dejar de conocer.
La curiosidad lo lleva a indagar, a preguntar y pronto percibe que está recorriendo un pueblo único, importante en la historia de la nación mixteca.
Antes de la llegada de los españoles la zona se conocía como La Yucundaa, era un pueblo de alfareros, artesanos y constructores, con alta densidad de población y con un gran centro ceremonial.
Los europeos llegaron atraídos por el oro que había en la región, pero pronto se dieron cuenta de que había otros recursos importantísimos. Así, se explotaron las salinas y, sobre todo, la grana cochinilla, un tinte enormemente apreciado que generó mucha riqueza. Pronto Teposcolula se convirtió en el centro comercial más importante de la Mixteca y tuvo un templo y un convento dignos de esa prosperidad económica.
El convento y templo de San Pedro y San Pablo Teposcolula representan una de las fundaciones dominicas más importantes de la región. Todo el conjunto es majestuoso pero destaca especialmente su enorme capilla abierta. Las capillas abiertas se utilizaron, durante la evangelización, con el objeto de oficiar misas para la población indígena, que tenía la tradición de celebrar sus ceremonias religiosas en espacios al aire libre. Las capillas abiertas permitían reunir en el atrio del convento una gran cantidad de personas que asistían a la ceremonia.
La capilla abierta de Teposcolula mide 15 metros de alto, 43 de largo y 11 de fondo y es la más grande de todo el país. Data del siglo XVI y fue construida por la población mixteca de la zona con la dirección de los frailes dominicos.
El viajero se da un tiempo para
recorrerla con calma, imaginarla en los tiempos remotos y sorprenderse con los
detalles de su belleza. Al abandonar Teposcolula se lleva en el ánimo y en la
memoria el recuerdo de un lugar incomparable.
Teposcolula se encuentra en automóvil a una hora cuarenta, aproximadamente, de
la ciudad de Oaxaca, se sale rumbo a Tehuacán por la carretera 135D, en el
kilometro 180, pasando la salida a Nochixtlán, está la desviación a Huajuapan
de León, carretera 190, pasando Yanhuitlán hay que girar a la izquierda,
carretera 125 a Tlaxiaco, y a 11 kilómetros habremos llegado. Existen también camionetas
colectivas desde la ciudad de Oaxaca.