Por Angélica Mayén,
Información Proporcionada en entrevista por el Antropólogo Alejandro Juárez Zágal.
En México han existido, desde la época prehispánica, las casas de baño de vapor. Los mayas conocían este tipo de baño con el nombre de zumpul-ché y los pueblos nahuas lo llamaban temazcal o temazcalli (de temaz, ‘vapor’, y calli, ‘casa’), palabra que designaba tanto al espacio como al ritual que en él se realiza mediante el uso de diversas hierbas medicinales y aromáticas.
El Zumpul-ché ha desempeñado para los mayas un papel ritual, relacionado con la purificación del cuerpo y del espíritu. En el mágico mundo maya, su visión de la creación, su integración con la inteligencia que genera y sustenta la vida, corazón del cielo, el creador Unah Ku, desdobló su existir y se manifestó en la tierra sobre la abuela Ixchel, generadora de la vida, madre natura a través de sus cuatro reinos o etapas de maduración: Tuunich Kaab reino mineral, Ché Kaab reino vegetal, Ba’ alché kaab reino animal y Máak Kaab reino humano.
Zumpul-ché, para los mayas, es el vientre de Ixchel, es un vientre de la tierra, la réplica de un vientre materno en el que se conjugan cuatro elementos: Tierra, Aire, Agua y Fuego.
Un Zumpul-ché es la esencia profunda y sagrada de los antiguos ancestros. Los hay en diferentes partes de Mesoamérica y los vestigios más antiguos se han encontrado en la cultura Olmeca, 8,500 años antes de nosotros.
Las mujeres mayas después de un parto llamado x holom, y también los enfermos, recibían un baño de vapor llamado pib o Zumpul-ché, hecho a base de hierbas medicinales o aromáticas.
En la antigüedad, dentro del Zumpul ché se tomaban decisiones para que funcionaran y prosperaran las naciones, comunidades, familias y se establecían objetivos, estrategias y metas personales, además, se realizaban entre los dirigentes alianzas y convenios, se disipaban conflictos al calor de la madre tierra.
Actualmente el Zumpul-ché (temazcal o baño de vapor tradicional) se sigue realizando. Los hay de adobe, pero también de ladrillo, piedra y cemento, aunque es mejor construirlos con elementos naturales como el adobe ya que la desintoxicación es mucho mejor que con elementos como el gas o ladrillo que al calentarse desprenden toxinas.
Existen diversos tipos de Zumpul-ché: Terapéuticos, Religiosos o Ceremoniales.
¿Que se vive al interior de un Zumpul-ché? Vivimos a una temperatura ambiente aproximada 26°, nuestra temperatura corporal es de 36°, nuestros órganos y sistemas internamente trabajan a una temperatura de 46°. En el interior del Zumpul-ché se genera el calor suficiente para llegar a la temperatura interna de un organismo con la intención de que al empatar las temperaturas se reorganice un sistema, se cure un órgano y se eliminen virus y bacterias que puedan afectar el buen funcionamiento de un cuerpo.
En este medio el cuerpo se reorganiza muy fácilmente y el trabajo maravilloso de las plantas y la actividad de la herbolaria entra en actividad. El vapor se crea a partir de tés herbarios, hierbas y esencias que son elegidas según el padecimiento a tratar. El calor debe ser más alto que la temperatura corporal normal para lograr la transpiración, la humedad alta inhibe la evaporación del sudor enfriando normalmente al cuerpo. Se estima que cada litro de sudor que se pierde en el zumpul-ché es el equivalente al trabajo que realiza el riñón en varios días.
¿Quienes dirigen un Zumpul-ché? Deben ser los Xamanes, los señores de energías para hacer que lo que se realice en el interior del recinto llegue a feliz término. Al salir del Zumpulche el Xaman le indica: “Recibe la luz y deja tu obscuridad” asomando primero la cabeza y agachado, las parteras lo recibirán para cubrirlo y envolverlo con una cobija para que repose fuera del recinto.
Entre las virtudes que los mayas atribuyen al Zumpul-ché se encuentran diversos beneficios para la mente, cuerpo y espíritu entre los que destacan:
- Desintoxicar el organismo
- Relajación espiritual
- Limpiar las vías respiratorias y el aparato digestivo
- Reducir el estrés
- Mejorar la circulación en la sangre
- Calmar los dolores menstruales
- Disminuir los dolores postparto
- Colaborar con el buen funcionamiento muscular
- Desintoxicar la piel