Kamasi Washington

Por Ricardo Álvarez
23 de Enero de 2020
La noche del cuarto jueves de este 2020 fue tan mágica que por un momento el tiempo que fluye cotidianamente de forma veloz fue obligado a relajarse para que los asistentes en la sala de El Plaza Condesa se permitieran digerir un acto musical de gran carga sonora a cargo del saxofonista Kamasi Washington.
Un escenario imponente a primera vista: dos enormes baterías a los costados; un contrabajo reposando en la parte trasera; al frente, al costado derecho, un set de piano, teclado y sintetizador; a la esquina contraria, un atril de micrófono, y al centro, tres más colocados de forma estratégica para cada instrumento de aliento. Pasados algunos minutos de las nueve las luces se apagaron. Apareció con una vestimenta clara y brillante un hombre con un afro enorme, con un saxofón colgando de su cuello, al ser iluminado su rostro pintó una gran sonrisa para después decir: — It’s amazing! Después de eso la maquinaría completa se colocó en su lugar, el escenario cobró vida entonando al unísono Street Fighter Mas.
Kamasi Washington no solo es considerado un saxofonista de los más importantes y referente del jazz contemporáneo, sino también un revolucionario. Un músico de vanguardia que ha sido equiparado en tamaño a figuras musicales como Miles Davis y John Coltrane. Una aseveración arriesgada, que puede llevar a un linchamiento hacia el que escribe, pero hay una argumentación. Davis fue un trompetista adelantado uno o dos pasos a su época. Capaz de innovar en distintos estilos, pasó por el cool jazz, el hard bop, el jazz modal, hasta llegar a las fusiones de jazz y rock, algo poco común en un sólo músico. Coltrane exploró y llevó al límite su espiritualidad a través del jazz. Por su lado, Kamasi inspirado por los músicos anteriores y otros maestros como Art Blakey, ha sido capaz de hacer propios todos estos terrenos y estilos, desde el jazz clásico, para amalgamarlos e impregnar su esencia, filosofía, espiritualidad y talento componiendo cuatro obras musicales: The Epic (2015), Harmony of Difference (2017), The Choice (2018) y Heaven and Earth (2018).
Ha tenido el acierto de rodearse de músicos virtuosos. La alineación para el concierto en Ciudad de México estuvo integrada por Mr. Rickey Washington al mando del saxofón soprano, padre, mentor e influencia de Kamasi; Ronald Bruner Jr. y Tony Austin, colosales bateristas de ritmo frenético; la fenomenal voz de Patrice Quinn, tan potente que es capaz de trasladarnos al antiguo Harlem, sumando su desplazamiento actoral por el escenario en un trance contagioso; el dominio brutal del trombón y la pose rockstar a cargo de Ryan Porter, ubicado casi siempre a la izquierda de Kamasi, complemento poderoso a los vientos; el hábil pianista Bigyuki y el joven bajista Joshua Crumbly. Juntos, fueron los creadores de una bestia musical de ocho cabezas capaz de sumergir al público en un viaje que parecía no tener fin frente a los extensos solos que cada integrante exponía.
Puedo asegurar que en el concierto de Kamasi Washington había un mismo hilo conductor entre los asistentes: dejar que la música fluyera por el cuerpo, de vez en cuando observar la relación músico-instrumento y la mayoría del tiempo perderse auditivamente, expandir la capacidad para desmembrar aquella alineación octagonal prestando atención a cada instrumento sin olvidar que sin uno u otro, quizá nada sería lo mismo. Cada arista viajando a la misma dirección y a la misma velocidad. En el público, el ambiente se convirtió en un acto individual en el cual cada uno ponía la mira a diferentes horizontes. Unos cuantos perdían la mirada al escenario cegados por las luces, algunos movían sus cuerpos a un ritmo más rápido y descontrolado, muchos cerramos los ojos tratando de entender lo que estaba sucediendo sin encontrar respuesta, los más valientes activaron un grito potente como escape a tanta energía contenida y una minoría prefirió el estatismo total, principalmente en Re Run, tema que invitó a la contemplación.
Por noventa minutos continuos de música, poco más de mil personas formamos parte de un mismo instante. Kamasi Washington y su séquito nos adentraron a un túnel luminoso y nos guiaron con un set de ocho mantras de diferentes sonoridades, en los cuales demostraron su capacidad de exploración por nuevos rumbos rítmicos. Como ejemplo la interpretación de Truth en la que dieron a notar las infinitas posibilidades en las que se puede reconstruir una pieza, llevando el clásico tema que cierra el álbum Harmony of Difference a un sonido tropical, muy parecido a una cumbia que se ligó a un afro beat. Este momento se convirtió en el máximo punto de encuentro que hizo bailar a todos los seres que dejamos de lado todas las diferencias posibles generando un aura de armonía y hermandad, todo gracias a la música.
Fue una noche de recorrido musical furioso, lleno de adrenalina por la alta velocidad de los ocho temas interpretados, sintiendo la paz de estar en un lugar seguro generado por la excelente ejecución y manejo musical de cada integrante en el que nada podía salir mal. El final del camino nos colocó en una alegría conjunta. Fue The Rhythm Changes, uno de los temas más esperados de la noche, con el que concluyó el acto de elevado contenido espiritual… inigualable.
Este fue el Set List
- Street Fighter Mas
- Malcom’s Theme
- Re Run
- Truth
- Hub Tones
- Will You Sing
- Fists of Fury
- The Rhythm Changes