Por Sonia Yáñez

La historia cuenta que los olmecas fueron los primeros en cultivar la planta de cacao y descubrieron su sabor cuando lo mezclaron con agua, tiempo después los mayas y los aztecas también comenzaron a utilizarlo.
En el México prehispánico el consumo del cacao se realizaba en los banquetes de bodas, accesos al trono, le presentación de un heredero o en las victorias militares, en su presentación de chocolate puro, que sólo degustaba la élite.
Cada región se apropio del cacao en distintas maneras para preparar bebidas, por ejemplo, los mayas lo bebían frío, los mexicas decidieron consumirlo caliente, en otros lugares agregaron distintos granos y especias que aportaban aroma y potenciaban su sabor.

Este fin de semana podremos pobrar algunas de las bebidas tradicionales de 47 productores de cacao de Tabasco, Oaxaca, Tlaxcala, Estado de México, Hidalgo, Guadalajara, Querétaro y Ciudad de México, en el Primer Festival de Cultura Alimentaria en el Museo de Culturas Populares.
Además de probar las bebidas, los chocolates, moles, insectos cubiertos de chocolate, entre otros productos que tienen como protagonista al cacao, podrán asistir a los talleres, conferencias y presentaciones de libros.
Este festival estará hasta el 06 de octubre en un horario de 10:00 a 20:00 horas, la entrada libre. Una oportunidad de probar bebidas como el tejate, el agua de barranca, el chocolate atole, el champurrado, entre otras.
Estas fueron las palabras que Natalia Toledo, Subsecretaria de Diversidad Cultural, le dedicó al cacao en la inauguración del Festival.

Alejandra Rodríguez Rojas nos platica del rescate que hacen de las bebidas prehispánicas que realizan en Teotihuacan con el cacao.

La señora Rosa María Pérez Martínez nos cuenta como prepara el tejate y la forma en que prepara sus tablillas de chocolate. También nos presenta el chocolate atole que se sirve en las fiestas, se prepara una base de atole blanco dulce y en otra olla se realiza una espuma de cacao tostado que se coloca sobre el cuando se toma lo primero que pueden sentir es la frescura del cacao y después el cálido atole.

Desde Tlaxcala la señora María Leandra Hilaria Lara Goches prepara el agua de barranca, que se ofrece en las fiestas. Para doña María, esta bebida le ayudó a salir adelante y ser el soporte que representaba ser madre soltera. Se llama agua de barranca porque cuando se mezcla con el molinillo para obtener la espuma, se genera un sonido muy similar al que hace el agua que cae en las barrancas y mueven las piedras.
La mejor forma de asistir a este festival es con el paladar preparado para conocer toda la variedad del cacao en las distintas regiones de nuestro país, este fin de semana no lo piensen más y asistan al Museo de Culturas Populares que se ubica en Avenida Hidalgo 289, Colonia del Carmen, Coyoacán.