A lo largo de la historia y a lo ancho del mundo existen y han existido cantos a los que podríamos llamar “necesarios” porque son portadores de lo más profundo y expresivo del alma humana. Esos cantos, cada uno a su manera, han servido para comunicar los entusiasmos y los temores, los desasosiegos y las esperanzas, los amores y las soledades, los encuentros y las nostalgias. Así ocurre con el blues, el cante flamenco, el fado portugués o los cantos de ordeña de Venezuela. En México tenemos también algunos cantos “necesarios” y uno de ellos es, sin duda, el Cardenche. Esta forma musical nació y se preservó en la región de La Laguna, una planicie de clima semidesértico, localizada en los extremos suroeste y noroeste de los estados de Coahuila y Durango. El Canto Cardenche apareció como la expresión melancólica de los peones de los antiguos campos algodoneros. Es un canto a capella, polifónico y desgarrado que se sostiene en la más potente herramienta de comunicación humana: la voz. El paso del tiempo, sin embargo, no trató bien al Canto Cardenche, que estuvo a punto de ser olvidado en medio de otras formas musicales. Hoy las cosas parecen estar cambiando, y esto se debe en buena medida al trabajo de los “Los Cardencheros de Sapioriz”: Don Fidel Elizalde, Don Antonio Valles y Don Guadalupe Salazar, hombres de campo que aprendieron el canto de sus padres y sus abuelos y que ahora lo comparten con los jóvenes de su región, además de llevarlo a diferentes partes de México y el mundo. Ellos se hicieron acreedores, en el año 2008 al Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Tradiciones Populares y han sabido hacer de este reconocimiento una buena herramienta para dar a conocer la riqueza expresiva de su canto.
Hace unas semanas tuvimos el enorme privilegio de poder presentar a Los Cardencheros de Sapioriz en concierto en el Estudio “B” del IMER. Compartimos con ustedes ahora el podcast de esta sesión, cercana y entrañable, en la que los cardencheros cantaron y conversaron regalándonos una parte de la tradición musical de México. Gracias a ellos por su presencia y a todo el equipo que apoyó la realización de ese recital inolvidable. ¡Disfrútenlo una vez más!