Fragmentos de la Nota Biográfica del Arquitecto Ignacio Marquina escrita por los arqueólogos Román Piña Chan y Alejandro Villalobos Pérez, y publicada en el libro “La Antropología en México. Panorama Histórico” INAH 1988.
“Nació en la ciudad de México el 4 de mayo de 1888, hijo de Don Ignacio Marquina y Gama y de Doña Atala Barredo de Marquina. Muy precoz en su interés por la escuela, entró al Colegio Soriano donde cursó su primaria con apenas 4 años de edad, distinguiéndose además por su aplicación. Las Bellas Artes eran cultivadas por la familia Marquina-Barredo, y los tres hijos fueron orientados a diferentes expresiones de la estética: Juan, el hermano mayor, fue fotógrafo en Hollywood; Luisa pintaba y bordaba con preciosismo e Ignacio fue especialmente sensible a la arquitectura y al dibujo, pero también llegó a cantar con voz de tenor y a tocar el piano con soltura. Vivían en Tacubaya, y al llegar a la preparatoria debía tomar en la madrugada, el tranvía lechero, jalado por mulas, que lo llevaba hasta el Zócalo. En la adolescencia titubeó entre la pintura, la escultura y la arquitectura; mientras decidía, estudió de todo en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, incorporada a la Universidad Nacional durante la Revolución.”
“Hacia 1915 encontró trabajando al doctor Manuel Gamio en las excavaciones del templo Mayor en el Zócalo, centro de la ciudad de México. Marquina, siempre interesado por la arquitectura prehispánica, recibió la invitación de Manuel Gamio para trabajar allí, y desde ese año y hasta su muerte nunca dejó la arqueología.”
“En 1917 comenzó sus trabajos en Teotihuacan, también con Gamio, publicados en 1922, cuya primera parte “La arquitectura y escultura prehispánica” era responsabilidad de Ignacio Marquina. La exploración de la Ciudadela fue quizá el trabajo más importante de Marquina en este proyecto, ya que dejó expuesta la fachada del Templo de Quetzalcóatl que era una subestructura, para que pudiera ser visitada.”
“A fines de los veinte, empezaron sus publicaciones comparativas de los estilos arquitectónicos en los monumentos prehispánicos; cada día fue haciéndose más detallado y erudito.”
“En 1933 se descubrió la Tumba Nº 7 de Montealbán, y la familia Marquina fue, completa, en ayuda de la Familia Caso que se veía en apuros para explorar con detalle tanto dato y tanta riqueza.”
“Tenayuca fue trabajada por 1934 y 1935 y le ayudó a contrastar arquitecturas. Ese mismo año fue comisionado por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia en Washington para estudiar conservación de sitios históricos y de belleza natural.”
“Un acontecimiento de vital trascendencia fue cuando al ENAH se organizó y él fue asignado titular de la cátedra de arquitectura prehispánica.”
“En 1951 apareció su magna obra “Arquitectura Prehispánica”. Desde entonces, por muchos trabajos semejantes y bien intencionados escritos sobre ese tema, ninguno ha conocido la acogida y la importancia que tuvo el libro de Marquina, que pasó a ser uno de los imponderables de la arquitectura antropológica.”
“En 1962 fue llamado por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares para colaborar con le proyecto del nuevo Museo Nacional de Antropología; en concreto, se le encargó el ala norte de la Sala Mexica de este grandioso edificio.
Ignacio Marquina Barredo murió en la ciudad de México el 17 de mayo de 1981; fue honrado en el Museo Nacional de Antropología por las autoridades, amigos, colaboradores, discípulos y subordinados. Lo vemos hoy como la raíz de generaciones enteras de arquitectos y arqueólogos preocupados por la arquitectura prehispánica.”