Por: Aideé Balderas Medina.
@aideebalderas
Cuando pensamos en la música del norte, de inmediato viene a nuestra mente la sonoridad de las bandas de viento sinaloenses. Las letras de los corridos que evocan historias de personajes que llevan una vida siempre al borde del precipicio, usan armas de grueso calibre, consumen sustancias psicotrópicas y siempre andan bien “alterados”.
Afortunadamente el norte del país no se limita a este tipo de repertorio, ya que existe una gran variedad de músicas, por ejemplo: polka, redova, chotis, foxtrot, mazurka, huapango norteño, son, canción ranchera, habanera y valseada; cumbia norteña y el corrido (entendiendo este último no como género musical, sino como género literario que se acompaña con música).
Los estados del norte de México se encuentran, tan lejos de la capital del país y tan cerca del “otro lado” que un tema ineludible, sin duda es la relación con la frontera.
Ciudad Juárez, Matamoros, Reynosa, Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo son ciudades fronterizas donde la vida cotidiana de sus habitantes está marcada por el continuo tránsito de migrantes.
Estados Unidos y México son dos naciones que están divididas físicamente por un muro; sin embargo está escisión no es tan fuerte como aparenta. Cientos de personas que la transitan a diario han encontrado múltiples maneras de diluir esta división.
En 1848 México pierde gran parte de su territorio. Con el tratado de Guadalupe Hidalgo, se cede lo que ahora son los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas y parte de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. La frontera quedó delimitada por el río Bravo o río Grande; pero ¿qué pasó con la gente que quedó del otro lado?, ¿qué identidad adoptaron aquellos mexicanos? Adquirieron otra nacionalidad pero no perdieron sus profundas raíces. Además, en esas tierras hay miles de mexicanos que han cruzado la frontera en busca del sueño americano y desde allá viven, muy a su manera, su mexicanidad. Evidentemente no todos los habitantes del país vecino, sienten ese arraigo por México y prueba de ello son los grupos xenofóbicos que pululan en Texas, California, Florida, Carolina del Sur, Georgia, Tennessee, Carolina del Norte, etc. Pese a esos “grupos de odio” existen muchos lazos que unen a los habitantes de ambos países.
A través de la música podemos conocer cómo es la relación con la frontera, como es la vida de los migrantes y qué piensan los que nacieron allá pero se sienten mexicanos. Uno de los grupos que se ha preocupado por preservar la música del noreste de México y del sur de Texas es el grupo Tayer de Monterrey, Nuevo León.
El grupo Tayer es comandado por José Francisco Garza “Pepe Charango” y Luisa Fernanda Patrón. Como ellos mismos se denominan, ejercen el oficio de “gambusinos”; van en busca de esas joyas de la música popular que han quedado en la memoria de sus habitantes y de los portadores de la tradición. Grupo Tayer se ha dado a la tarea de rastrear el repertorio en desuso de la región, que da cuenta de la vida entre dos naciones.
Pepe Charango y Luisa Fernanda identifican claramente a San Antonio y Monterrey como ciudades hermanas. En el documental “Chulas Fronteras”, dirigido por Les Blank (1976), se habla del “Tejano-Mexicano”. El tejano con “J”, es aquel que se asume mexicano, sin importar su lugar de nacimiento. La música del conjunto norteño ha servido como vehículo para cantarle a esa nacionalidad sui géneris.
Pepe Charango señala: “Cuando hacemos trabajo de campo en Texas. Preguntas como -¿Oye y tú de dónde eres?-, -Yo soy mexicano-, -¿Dónde naciste?-, -En San Antonio-. Mira nada más como está arraigado el término. Naces en San Antonio o en San Benito pero te consideras mexicano. ¿Tú consideras a Ignacio Zaragoza mexicano?, pues nació en Goliad, Texas. La frontera cultural es diferente a la frontera geográfica. El Río Bravo no es frontera para los habitantes de la Región”.
El disco del grupo Tayer, titulado “Río Grande, Río Bravo” (2002), contiene parte del repertorio tradicional que se escuchaba en ambos lados del famoso río fronterizo. Ejecutando algunas piezas al estilo de conjunto texano. Incluye temas como “El Mojado sin licencia” de Santiago Jiménez. “Bellos Recuerdos” de Ramón Medina, evoca la vida de una familia que va a la pizca de algodón en los años cuarenta. “Las Pochas de California” trata sobre los hombres que enamoran mujeres con tal de aprender inglés. También incluye la Varsoviana, Erre con Erre y muchas más.
Grupo Tayer da un valor muy especial a los conocimientos que se transmiten a través de la tradición oral. En sus discos “La Herencia de los Rodríguez”, Volumen 1 y 2 (1995 y 2002) incluyen repertorio que recopilan gracias a los testimonios del bisabuelo de Luisa Fernanda, don Santos Rodríguez (1884), originario de Ramones, Nuevo León. Don Santos era un extraordinario arrendador de caballos broncos, a quien también le gustaba la cantada a capela, a veces le hacía segunda voz su hijo menor Teodoro Rodríguez, el tío Lolo. Don Santos, según testimonio de Luisa Fernanda: vivió en “la época del disimulo”, donde se podía pasar al otro lado sin papeles, para trabajar en la pizca de algodón.
Actualmente Luisa y Pepe Charango están realizando una investigación sobre la memoria musical de los trabajadores de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S. A. La Fundidora se creó en 1900 y fue declarada en quiebra en 1986. Hasta la fecha han logrado recuperar, gracias al testimonio de los ex trabajadores, canciones ligadas a la lucha sindical; tienen algunos corridos que narran tragedias y sucesos relevantes; un himno de corte marcial, quizás hecho por encargo de los patrones. “El trabajo con la memoria viva de la gente es de mucha paciencia” dice: Luisa Fernanda.
El instrumento que distingue la música del noreste es el acordeón y como buenos representantes de estas sonoridades, el grupo Tayer ejecuta brillantemente las célebres piezas de don Antonio Tanguma (1903), el Rey del Acordeón, originario de China, Nuevo León. Se cuenta que Tanguma cruzó la frontera para trabajar en “la labor” y así poder juntar dinero para comprarse un acordeón.
Respecto al famoso instrumento musical llamado redova (pequeño bloque de madera que se sostiene con un cinturón y se golpea con dos baquetas) Luisa Fernanda y Pepe Charango sostienen la hipótesis de que el sonido de percusión que se escucha en la música del noreste es producido por el golpeteo de las teclas flojas del acordeón diatónico y no por la redova; y que el uso de la redova se popularizó gracias a las películas del cine mexicano.
Pepe Charango afirma: “El único lugar donde se toca redova en México es en Garibaldi, en Monterrey no encuentras nada de redova”.
Para desmitificar el uso del instrumento redova en la música del noreste. Luisa Fernanda en pleno escenario, a modo de ironía, saca una escoba, la cual le llama “redóscoba” y con una baqueta hace la percusión que supuestamente se hace con la redova.
Esta pareja de músicos se siente comprometida con la salvaguarda de la música de su región y también con la sociedad civil es por ello que llevan sus canciones a los enfermos de los hospitales en Monterrey y de otros lugares, este proyecto lleva por nombre “Tayer. Alas a los Sueños”.
Con más de veinte años de trayectoria, el grupo Tayer posee una gran versatilidad y son portadores de un repertorio casi extinto. Investigadores apasionados por las culturas musicales del noreste de México y el sur de Texas. Sus discos son un testimonio de la riqueza que posee la tradición oral. Su música representa, de alguna manera, a aquellos que aunque viven en otro país, se saben mexicanos.
Grupo Tayer se encuentra con gran vitalidad, recientemente representaron a Nuevo León en el 42 Festival Internacional Cervantino con el espectáculo “El rey del Taconazo”. Homenaje a Eulalio Gonzáles, El piporro.
Actualmente el grupo Tayer está conformado por José Francisco Garza Santos (voz y dirección); Luisa Fernanda Padrón (voz, guitarra, percusiones); Izaluna Garza Patrón (saxofón); Pedro Nicolás Garza Patrón (mandolina, batería y acordeón); Gabriel Martínez Rodríguez (acordeón); Jesús Martínez Rodríguez (bajo) y Anastasio, don Tacho, Carrillo Guajardo (versador).
El venadito.
Las Pochas de California.
Ya me voy a navegar.
Ajúa Raza!