Tlayucan
Desesperado por la enfermedad de su hijo, el campesino Eufemio roba una perla de la imagen de Santa Lucía en la iglesia del pueblo. Unos turistas fotografían el robo, y Eufemio está a punto de ser linchado por sus vecinos. La perla desaparece tragada por uno de los cerdos que cría Chabela, la mujer de Eufemio. La intervención de don Tomás salva a Eufemio, aunque la perla no aparece.
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