Daniel Santos fue un cantante de voz estupenda y de estilo inconfundible. Su manera de marcar las sílabas, de frasear claramente las palabras de cada canción y su capacidad para acentuar la cadencia de las melodías, hicieron que sus interpretaciones fueran inolvidables para el público de su tiempo y que perduraran para los años venideros a través de múltiples grabaciones que se han vuelto material de colección.
Daniel Doroteo de los Santos Betancourt nació el 5 de febrero de 1916 en Santurce un barrio de San Juan de Puerto Rico. Tuvo tres hermanas. Su padre, Rosendo de los Santos, era carpintero y su madre, María Betancourt, era costurera. La familia pasó siempre por muchas dificultades económicas y Daniel tuvo que trabajar desde que era niño. Cuando tenía 10 años, su padre se fue como polizón a Nueva York, pudo conseguir trabajo en una fábrica de autos y se llevó a su familia con él.
Fue en Nueva York donde Daniel Santos descubrió que la magnífica calidad de su voz podía darle una manera de abrirse paso en la vida. En los años 30, se integró al ambiente musical latino de esa ciudad. Formó parte del Trío Lírico y del Conjunto Yumurí y actuó en algunos lugares de moda. En uno de ellos, llamado Cuban Casino, conoció al compositor Pedro Flores que quedó encantado con su voz y su estilo, y lo invitó a formar parte de su cuarteto. Más adelante fue el cantante de la célebre orquesta de Xavier Cugat. Y desde mediados de los años 40 pasó largas temporadas en Cuba, donde se convirtió en cantante de la Sonora Matancera.
Daniel Santos tuvo dos sobrenombres artísticos. En Cuba lo apodaron “El inquieto Anacobero”. Este nombre se lo pusieron en la radio en alusión a la canción “Anacobero” con la que abría sus presentaciones. Pero también porque esa palabra en la lengua ñáñiga de Cuba significa “diablillo”. El mismo Daniel Santos decía que le llamaban así por bohemio y parrandero. Su otro sobrenombre fue “El Jefe” y ese se lo pusieron en Colombia, otro país en el que el público lo quiso mucho.
Sin duda Daniel Santos fue un artista muy importante para el público de toda América Latina. Todos atesoramos el recuerdo de una o varias canciones que cobraron vida en su voz: Obsesión, Dos Gardenias, Linda, Virgen de Media Noche, Amor Perdido, Esperanza inútil, Despedida. Él murió el 27 de noviembre de 1992 en Ocala, Florida, pero sus grabaciones seguirán haciendo vibrar los corazones por muchos, muchos años.