De seguro usted ha volteado al cielo, ha visto pasar las nubes y no pensaba que ese vapor pudiera pesar tanto, pero la verdad es que pesan y pesan mucho.
Pegy Lemone, investigadora del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Colorado, decidió pesar nubes. Primero comenzó por elegir una y calcular su densidad. Eligió una nube normal y corriente, “de esas blancas y esponjosas que vemos en un día soleado”
Después calculó el tamaño. Para esto utilizó un odómetro para medir la sombra de la nube cuando el sol está justo encima de ella. Con los datos de la densidad, tamaño y volumen en la mano, la mujer calculó que la cantidad de agua en una nube grande es de 500 toneladas. Pero como a la gente le cuesta hacerse una representación mental de esas cantidades, la investigadora decidió representar el peso con elefantes. “Así, si un elefante adulto que pesa en promedio 5 toneladas, podemos decir que la nube en cuestión pesa 100 elefantes.
Las nubes que más pesan, son las negras de tormenta, porque, obviamente, son las que más agua llevan, las más grandes pueden llegar a tener un peso de “200 mil elefantes”.
¿Pero porque puede flotar en el aire algo tan pesado? Muy fácil. Lo que sucede es que en el caso de las nubes el peso está distribuido en una gran cantidad de pequeñas gotas de agua y cristales de hielo repartido a lo largo de una superficie muy grande.