Así es, Suecia tiene un programa de reciclaje de residuos tan efectivo que ahora le hace falta basura pues elimina el 99% de lo quegenera.
Y por si fuera poco este país escandinavo tiene tan poca basura que debe importarla de otros países Europeos para cubrir la demanda que necesita su programa de reciclado.
La basura termina en plantas, que funcionan bajo un sistema llamado “de desecho a energía” que transforma la basura en energía para el país. Cuando en el año 2012 Suecia se quedó sin basura, se vio en la necesidad de importarla desde Noruega.
Antes de que la basura se lleve a las plantas incineradoras, los dueños de casas y de las empresas filtran los desechos: la materia orgánica se separa, el papel se recicla y cualquier objeto que puede ser rescatado y reutilizado se separa.
La ley sueca indica que los productores son responsables por todos los costos relacionados a la colección y reciclaje o eliminación de sus productos. Así, si una compañía vende botellas, la responsabilidad financiera de recoger las botellas y reciclarlas o eliminarlas, recae en ellos.
Además, los basureros públicos cuentan con música para hacer del reciclaje una experiencia especial, pero lo más importante es que en Suecia todo el mundo ordena su basura. Las casas separan sus periódicos, plásticos, metal, vidrio, pilas y cartón y lo mejor es que los vecinos respetan.
Lograr un cambio es posible. Sólo hay que empezar. ¿Qué opina con este buen ejemplo de Suecia? Por eso se llama primer mundo.