Sonidos tan comunes para nosotros como una sirena, una alarma, una ambulancia, el señor de los ricos tamales, el famoso carro del fierro viejo y hasta la música, hacen que nuestros perritos comiencen a aullar en automático y no paren hasta que se aleja el sonido.
¿Se ha preguntado por qué sucede esto? Existen pocas explicaciones sobre este peculiar hábito, pero la más común y certera se remonta a su instinto de comunicación a distancia.
Los aullidos son largos y fuertes y a diferencia de un ladrido corto, un aullido puede alcanzar distancias sorprendentes. Cuando los perros escuchan sonidos agudos y fuertes, muchas veces tratan de imitarlos aullando al mismo tiempo. Con esa conducta, lo que intentan es comunicar al emisor, que sí está siendo escuchado y a su vez poner al tanto a todos los posibles perros que se encuentren cerca. Otra explicación para esta conducta, es que los sonidos agudos y fuertes, pueden molestar el oído de nuestra mascota.
Para detectar cuál de las dos explicaciones le corresponde a su cachorro se recomienda que la próxima vez que aúlle al escuchar alguno de esos sonidos, ponga atención a su lenguaje corporal. Si el aullido se debe a molestias o dolor en el oído, notará que el perro mueve las orejas o intenta esconderse. En este caso, puede ser que su perro tenga los odios muy delicados y necesite ser revisado por el veterinario. Por el contrario si el perro intenta llegar o saber de dónde viene dicho sonido es porque es un aullido de comunicación.
Así que la próxima vez que su mascota aúlle, fíjese muy bien en cómo lo hace.