Saludar a la gente dándole la mano es una de las tradiciones más arraigadas que tenemos hoy en día, se ha hecho desde hace miles de años y tal ves dejemos de hacerlo por un largo tiempo gracias al coronavirus. Pero aquí la pregunta es ¿Por qué lo hacemos? ¿Cuando nació este saludo?
En el antiguo Egipto se pueden encontrar algunos jeroglíficos en los que las personas estrechan sus manos, sin embargo, no hay un registro de que esto sucediera como una práctica habitual.
En Babilonia, hace cerca de 4,000 años se tenía la tradición de, al inicio de cada año, estrechar la mano de una estatua de Marduk, el dios patrono de la ciudad. Hacían esto como señal de respeto y sumisión ante él. Cuando los asirios invadieron Babilonia adaptaron éste gesto y empezaron a estrechar la mano de sus líderes como señal de respeto.
Años después, en Grecia, cuando dos desconocidos se encontraban en algún camino sacaban sus dagas en señal de defensa. Si ninguna de las dos personas quería pelear, estrechaban fuertemente sus manos derechas para asegurarse que ninguno pudiera ser apuñalado traicioneramente. Una vez que se confirmaban las buenas intenciones seguían su camino. Tal vez esto no le haga sentido, ya que si una persona quiere apuñalar a otra podría hacerlo sin ningún problema con la mano izquierda mientras le detiene la derecha. Pero al parecer en la antigüedad la mano izquierda se consideraba la “del baño”, por lo que únicamente se usaba con ese fin, no se utilizaba para comer, o tocar cualquier otro tipo de cosas.
Conforme fue pasando el tiempo los saludos fueron evolucionando. En algunas regiones se adoptaron los besos y abrazos. Hoy en día estrechar la mano se utiliza principalmente para saludar o despedirse, pero también se utiliza cuando se llega a un acuerdo, se soluciona un conflicto o se cierra una apuesta.
Hay quien dice que estrechar las manos es una práctica poco higiénica y debe detenerse y pues tiene razón, estos días de pandemia debemos evitar a toda costa saludar de mano.