Los gatos tienen 40 huesos más que el hombre repartidos entre la columna y la cola principalmente, lo que le da una flexibilidad excepcional.
También los discos entre las vértebras son más gruesos que los humanos y se
estiran, giran y contraen mucho más, lo que les posibilita adoptar posturas
casi imposibles.
Pueden aumentar la longitud de su cuerpo en un 11%, recorren cinco veces la
longitud de su cuerpo de un salto, lo que equivale a cruzar de un brinco el
ancho de una piscina y, mientras las patas de atrás ejecutan el salto por medio
de un estallido de fuerza bruta, las delanteras recuperan el equilibrio en una
décima de segundo.
El torso es estrecho, lo que posibilita que las patas delanteras puedan
colocarse muy juntas, utilizando la cola para mantener el equilibrio, si este
equilibrio se pierde tienen un sistema exclusivo de alarma: el líquido del oído
interno chapotea y desencadena un reflejo auto corrector que les asegura casi
siempre caer de pie, una vez en el suelo, vuelven el líquido a su sitio con un
rápido movimiento de cabeza.
Si los gatos caen de una altura no muy elevada, pueden acomodar su cuerpo y
caer parados, pero si ellos caen de una gran altura, pueden lastimarse
severamente o tener lesiones fatales.
Ahora entenderás porque dicen que el gato tiene siete vidas.