Alguna vez se ha preguntado ¿por qué hay que ir temprano a la escuela? ¿Quién dijo que la mañana era para estudiar?
Bueno, esto se debe a que las regulaciones del sistema educativo se ajustan al horario comercial en la mayoría de los países del mundo, de esta forma se facilita la vida a los padres y se minimizan los efectos sobre la población económicamente activa. Sin embargo, se ha demostrado que, levantarse temprano para estudiar, se trata de un hábito muy poco saludable para los jóvenes, sobre todo para los adolescentes que poseen un ritmo de sueño distinto.
Por lo general, un adolescente suele ir a dormir un poco más tarde y requiere, como mínimo, ocho horas de sueño continuo. En la práctica, esto significa que, por lo menos, las clases deberían iniciar a las 8:30 am. Aunque lo ideal sería entre las 9:00 y 10:00 am.
Parece que algunos gobiernos han empezado a comprender la gravedad del asunto. Por ejemplo, en 44 de los 50 estados que posee Estados Unidos ya se han realizado modificaciones al horario de las clases, pasando de las 7:30 a las 8:30 am. Lo mejor de esto es que ha resultado en mejoras significativas de aspectos como la alimentación de los alumnos y el rendimiento escolar.
Este comportamiento en los adolescentes no se debe a capricho y rebeldía, sino que tiene causas hormonales. Los jóvenes suelen iniciar la liberación de melatonina, popularmente conocida como “hormona del sueño”, a partir de las 23:00 horas, prácticamente un par de horas después que el horario estándar entre adultos y niños.
Esto quiere decir que si un adolescente se despierta a las 6 de la mañana para ir a la escuela, el cerebro se mantendrá al menos un par de horas más bajo los efectos de la hormona, generando una pronunciada falta de atención.
Pero este fenómeno aún se ve empeorado por hábitos adquiridos durante las últimas décadas: gran parte de los adolescentes suele utilizar teléfonos celulares y equipos de cómputo antes de conciliar el sueño. El problema reside en que estos dispositivos emiten luz azul, “prima” de la luz ultravioleta, irradiada por el Sol.
Esta luz azul genera alteraciones en la liberación de melatonina, pues este proceso se ve estimulado por la oscuridad de la noche. Los expertos recomiendan dejar de utilizar esta clase de aparatos al menos un par de horas antes de meterse a la cama.
en mi colegio te tienes que levantar a las 6 en punto