¿Usted se aguanta los estornudos?
Quizá nos encontramos en un lugar público y sentimos ese cosquilleo en la nariz, y sentimos que vamos a estornudar, pero, erróneamente muchos de nosotros tratamos de evitar el estornudo, ya sea por vergüenza, o porque gritamos muy fuerte al hacerlo.
Pero ¡No lo haga, no se aguante los estornudos!
Aguas con los estornudos, pues si contenemos este acto-reflejo, en una de malas podríamos morir. Un estornudo es una forma de quitar algo que está irritando las partes sensibles de nuestras fosas nasales. De hecho, el estornudo es un mecanismo de defensa del aparato respiratorio. Cuando estornudamos arrojamos más de 2 millones de bacterias y nuestra saliva puede viajar hasta 7 metros.
Cada vez que estornudamos, el aire disparado por la nariz y la boca puede alcanzar velocidades de hasta 160 Km por hora. De ahí lo peligroso que es contener o evitar un estornudo a la mitad, pues al “tapar” la nariz o cerrar la boca se puede crear una presión de aire tremenda. Esta presión puede esparcir las bacterias a más partes del cuerpo y provocarnos una fuerte infección. Pero si tenemos mala suerte, podríamos dañar el diafragma, romper un vaso sanguíneo en el ojo o lesionar el oído interno.
Hablando de estornudos, usted sabe por qué contestamos el estornudo con ¡Salud!
Bueno, esta costumbre nació en Roma porque se creía que cuando alguien estornudaba era un síntoma de la peste bubónica, entonces el papa aconsejó que se dijera “DIOS TE BENDIGA” para dar salud. Por eso decimos así.
Ya lo sabe, usted no se aguante los estornudos, no importa que el ruido se escuche a tres cuadras a la redonda.