Hay pocas cosas en la vida, tan divertidas, como jugar fútbol. Ser futbolista, es el sueño de muchos cuando son chicos, lamentablemente pocos lo logran. Esta profesión conlleva muchos riesgos y sacrificios, uno de esos riesgos son las múltiples lesiones que pueden presentar a lo largo de su carrera.
Las lesiones musculares son las más comunes. Unas de las más frecuentes son los desagarres en el muslo, pues estos músculos son los que más se utilizan, por lo tanto son los que más se desgastan.
Otra lesión muy frecuente son los esguinces de tobillo, normalmente suceden cuando a planta del pie se flexiona. Por eso es importante vendarse los tobillos, o usar tobillera si usted juega futbol.
Las rodillas son otras que sufren bastante desgaste, sobre todo el ligamento cruzado anterior. De hecho esta es una de las lesiones más graves que puede sufrir un futbolista y puede significar hasta 9 meses de baja.
El tendón de Aquiles también puede sufrir daños graves. Este es el tendón que une los músculos de la pantorrilla con el talón, cuando se estira demasiado puede desgarrarse o incluso romperse.
Como consecuencia de los remates que se producen con la cabeza, es bastante común encontrarse con golpes al colisionar con el rostro del contrario, los puños del portero, pierna etc. Pueden ir desde cortes o chipotes, ojos morados a conmociones cerebrales.
No se asuste, todas estas lesiones se pueden prevenir usando la protección adecuada. Lo que no se puede prevenir son las fracturas por juego brusco o los golpes por caídas.
¿Usted también se lastimó la rodilla jugando futbol?