Las mariposas en el estómago que dicen sentir los enamorados no son una metáfora. De hecho, si existen y son tan reales como los cólicos o dolores de panza.
La forma como mente y estómago se relacionan ha inquietado, desde siempre a muchos investigadores, al punto que aún persisten las dudas sobre quién manda a quién.
Nuestro tracto digestivo está rodeado por unos 100 millones de células nerviosas y estas se encargan, entre otras muchas cosas, de controlar gran número de reacciones corporales. Podríamos decir que se trata de un cerebro secundario que tenemos instalado en el estómago.
Cuando existe atracción con una persona, entramos en una especie de estrés y nuestro estómago segrega adrenalina para mitigarla.
Pero ¿Cuál es el propósito de este proceso?
Bueno, pues esto es un proceso evolutivo y estas “mariposas” se dan para que no haya producción de jugos gástricos, por ello sentimos ese hueco en el estómago. Esto hace que sintamos menos hambre y podamos enfocarnos en buscar el apareamiento.
Al final, las mariposas en el estómago son estrés mitigadas con adrenalina.