Según los resultados de una investigación del Instituto Nacional de Salud Digestiva y Diabetes de los Estados Unidos, una persona normal produce aproximadamente 2 litros de gas al día, los que se eliminan hasta en 14 ocasiones.
Normalmente el gas no tiene olor. Cuando los gases tienen un olor fétido se debe a las bacterias formadas en el intestino delgado, que liberan compuestos gaseosos con sulfuro al descomponerse en el estómago.
Los gases acumulados en nuestro aparato digestivo tiene dos causas: El aire que en exceso nos pasamos y el gas liberado como resultado de la descomposición de algunos alimentos que los microbios del aparato digestivo producen.
Para disminuir estos vapores y prevenirlos, se recomienda beber mucha agua, mínimo 8 vasos por día hasta dos litros como mínimo y masticar más lentamente la comida que ingerimos. Las personas que son intolerantes a la lactosa deben prescindir de la leche y sus derivados.
Con esto estará evitando los incomodos gases que tanto son reprimidos.