Un día 14 de septiembre de 1989, fallecía en la ciudad de México un hombre que cambió el panorama sonoro de América Latina… el cara de foca, el rey del mambo: Dámaso Pérez Prado. Este músico revolucionó la música al crear el mambo.
¿Quién no ha bailado el mambo número 5, el número 8, el mambo politécnico, el del ruletero? Todas estas obras maestras son autoría de Perez Prado, un hombre adelantado a su época.
En 1945 orquestó su primer grupo, al que llamó “Conjunto Pérez Prado”, con el cual grabó el famoso tema “El tumbaíto”.
Concebido su Mambo, lo presentó como proyecto para una reconocida disquera, pero fue rechazado por falta de entendimiento; le decían que ese ritmo “feo” no iba a gustar y que no le veían caso invertir en esa música.
Optimista, Prado viajó a nuestro país y una vez establecido, se juntó con los cubanos Kiko, Ninón Sevilla, y “Chicho” Piquero. Este cuarteto de cubanos se acentuó con el tiempo, Clemente se hizo su músico, Kiko el cantante, y Ninón la bailarina.
Para 1948 el Mambo en México comenzó a incorporarse en el gusto del público general, tanto que Pérez Prado filmó con Joaquín Pardavé la película “Del Can-Can al Mambo”, dentro de la que tocaron los temas “¡Qué rico el Mambo”, “Mambo Latino” y “Mambo en Sax”.
El mambo se convirtió en todo un fenómeno y la orquesta de Dámaso era una de las mejores de México además de única, pues contaba de cinco trompetas, cinco saxofones, contrabajo, batería, maracas, cencerro, bongó y congas.
El “Rey del Mambo” falleció en la Ciudad de México el 14 de septiembre de 1989.
¡Pérez Prado, un cubano con alma mexicana!