El WC es un imprescindible de la vida cotidiana, que desde su creación ha pasado por un gran proceso de evolución y desarrollo para convertirse en lo que actualmente se conoce. Pero, ¿Cuánto sabes sobre este objeto que amamos y odiamos?
Comencemos por el nombre WC. Esta es una explicación muy sencilla, pero curiosamente poca gente de habla hispana la conoce; las letras WC para referirnos a un sanitario vienen del inglés “water closet”. En el siglo XIX, cuando los primeros baños modernos fueron introducidos en las viviendas de Inglaterra, frecuentemente se instalaban dentro de habitaciones que fungían también como vestidores; de ahí las palabras “water closet”, cuya traducción literal sería “vestidor de agua”, o “cuarto para desaguar”
Una persona utiliza en promedio siete veces el WC por día y en cada descarga se gastan hasta 16 litros de agua, según datos de la Comisión Nacional del Agua.
Contrario a lo que se piensa, el WC no es tan sucio; diversos estudios como el realizado por el Departamento de Microbiología de la Universidad de Barcelona, han demostrado que existen más bacterias en los teléfonos celulares que en la superficie de un inodoro.
Si vas a entrar en un baño público elige siempre el primero, porque por estadística se ha demostrado que en los baños comunitarios ese es el que menos se utiliza.
Así las cosas con el WC.