No es lo mismo ser un dormilón que ser perezoso.
Todos hemos experimentado ese momento en la mañana cuando suena el despertador y no somos capaces de salir de la cama, o nos levantamos y nos quedamos sentados al borde de la cama pensando en nada.
La dysania es un estado de conciencia alterado en el que cuesta trabajo despertar a la realidad; es decir, el cuerpo llama a seguir durmiendo, a pesar de que sabes que es hora de levantarse.
Cuando el cuerpo no está cien por ciento preparado para entrar en estado de alerta y aun así despierta, es probable que la persona sufra cierta confusión, ya que mientras el cuerpo aún demanda descanso, el cerebro está listo para comenzar el día, de ahí la confusión; es como una lucha entre el cerebro dice “despierta” y el cuerpo que dice, “no todavía no estoy listo”. Al final el cerebro gana y el cuerpo obedece, pero lo hace a medio gas, por eso cuando nos levantamos necesitamos unos minutos para estar al 100.
Tener dysania es una consecuencia de hábitos y horarios de sueño, más que algo genético, no es una enfermedad en sí misma, pero es un síntoma de que algo malo pasa en nuestro cuerpo, ya sea físico, emocional o ambos.
Este padecimiento puede manifestarse, si la persona en cuestión varía sus horarios de sueño, si existe mucho estrés en su trabajo o si se encuentra bajo presión. De igual forma desvelarse o estar deprimido también predisponen al individuo a desarrollar dysania.
Así que ya lo sabe, si le cuesta trabajo levantarse por la mañana, cambie sus hábitos de sueño. Yo por ejemplo, me levanto todos los días a las 6 de la mañana a correr… a correr las cortinas porque entra el sol y no me deja seguir durmiendo.