
¿No tienes ni el tiempo ni paciencia para cocinar y comer alimentos sanos?
A la hora de comer, toma tu plato y llena la mitad con verduras, una cuarta parte con carne y la otra cuarta con pan, pasta, arroz o papas. Es tan fácil como eso. Si tomas algún tentempié entre comidas, combina algo de proteínas con carbohidratos, por ejemplo leche y fruta, frutos secos y plátanos, o pan con queso o atún.
Todo se reduce a las calorías. Controlando las raciones, automáticamente reduces la ingesta calórica. Y llenando la mitad del plato de verduras, sales ganando, porque la verdura tiene menos calorías; mientras que la carne y los almidones suelen tener más calorías. Por supuesto, debes asegurarte de que el equilibrio entre estos grupos de alimentos es el correcto. Dividir el plato es la solución más sencilla.