El guacamole es una salsa preparada a base de aguacate, de ahí su nombre, y otros ingredientes como tomate, cebolla, chile verde y limón. La palabra guacamole proviene del náhuatl “ahuacamolli”, que literalmente quiere decir ‘salsa de aguacate’, y está compuesta por ahuacátl, ‘aguacate’, y molli que significa ‘salsa’. A parte de su increíble sabor, esta salsa también beneficia a nuestro cuerpo.
Un cuarto de taza de guacamole contiene 3 gramos de fibra, ya que el aguacate es rico en este elemento. Además de mejorar el tránsito digestivo, la fibra ayuda a mantener los niveles adecuados de azúcar en tu sangre y a controlar el apetito entre comidas. La cantidad recomendada de fibra es de 20 gramos diarios.
Otro elemento presente en esta salsa es la grasa poliinsaturada o grasa vegetal, un consumo moderado de estas grasas saludables reducen las tasas de colesterol malo. También el guacamole ayuda a nutrir la piel y mantiene fuerte el sistema inmunitario.
Además, si todo esto no lo convence, un estudio publicado en el diario “Nutrition Journal” concluyó que quien prueba el guacamole tiende a seguir comiendo alimentos más saludables y con alto contenido en fibra.
Ya se me antojó un “guacamolito”, además es bien fácil de preparar.